Crítica del disco de Marbin - 'Goat Man & The House of the Dead' (2016)

Relatos del hombre-cabra y demás espectros jocosos de la fiesta jazz-progresiva

Marbin - 'Goat Man & The House of the Dead'
(29 septiembre 2016, MoonJune Records)

Marbin - Goat Man & The House of the Dead

Incansables, inagotables… pero sobre todo geniales, los músicos del grupo jazz-progresivo israelí-estadounidense MARBIN nos regalaron otra gozada de disco con “Goat Man & The House Of The Dead” en el último tercio del pasado año 2016: más exactamente, a fines del mes de setiembre, como siempre, por vía del sello MoonJune Records. El cuarteto de Dani Rabin [guitarra], Danny Markovitch [saxos], Jon Nadel [bajo] y Blake Jiracek [batería] nos brinda un catálogo de musicalidades férreas e intensas que siempre saben conservar la exquisitez a través de sus diversas modalidades de musculatura. Dicho sea de paso, Jiracek reemplaza a Greg Essig, quien había aparecido en el disco del 2015 “Aggressive Hippies”. Las sesiones de grabación para este nuevo repertorio de 9 ítems fue bastante breve: solo tomaron dos días de la segunda mitad del mes de marzo del mismo año 2016. Ese fue todo el tiempo que tomó gestar esta serie de relatos jazz-progresivos y otros personajes y espectros jocosos. Bueno, pasemos ahora a los detalles de dicho repertorio.

El disco comienza con ‘Buddha Complex’, tema que dura casi 5 ½ minutos, tiempo que aprovecha rigurosamente en su totalidad para explayarse en una vitalidad robusta y juguetona. Definitivamente, el saxo es el instrumento que más absorbe instancias de protagonismo dentro de un engranaje sonoro que se revela disciplinadamente cohesivo. ‘Goatman’ sigue a continuación para cumplir con la misión de instaurar una atmósfera ritualística, tal vez con algunos resabios de dramatismo. Bajo la guía del saxo y bien compenetrado con el sofisticado groove en acción, el encanto inherente a la melodía central es ciertamente cautivador, recibiendo posteriormente un tratamiento más muscular cuando llega el turno del solo de guitarra… uno de los mejores de todo el disco, vale decir. El turno de ‘The House Of The Dead’ es uno de alegría y extroversión bajo una atmósfera mesuradamente cándida. La aureola folclórica del motif central adquiere una frescura especial merced al impulso que la batería motiva para la amalgama grupal, todo ello mientras el saxo opera más como instrumento pictórico que musical. Con la dupla de ‘Whiskey Chaser (Intro)’ y ‘Whiskey Chaser’, el grupo se dispone a mostrarnos más aristas de su robustez esencial, aunque en la sección introductoria todavía se mantiene en una actitud serena, casi expectante. Una vez que nos situamos en el cuerpo central de ‘Whiskey Chaser’, disfrutamos de un espléndido ejercicio de sonoridades aflamencadas con ese vigor especial que MARBIN ha convertido hace muchos años en marca de la casa: éxtasis frenético activado por un jolgorio filudo. La guitarra de Rabin está literalmente en llamas, como si en ella se hubiesen fundido las mentes de JEFF BECK, JAN AKKERMAN y AL DI MEOLA. Tras este clímax de frontal fulgor emerge ‘Electric Zombieland’, una pieza un poco más reposada pero que todavía mantiene el nervio crucial de la banda. En todo caso, tenemos aquí un ejercicio de jazz-rock portador de un innegable gancho, ostentando un núcleo temático llamativo y vitalista.

Durando poco más de 6 minutos, ‘Money Train’ sigue insistiendo en navegar por las corrientes del jazz-rock, esta vez con un enfoque fusionesco que nos remite a los legados de ALLAN HOLDSWORTH y de la MAHAVISHNU ORCHESTRA por igual. Al igual que en el caso inmediatamente anterior de ‘Electric Zombieland’, el encanto específico de esta pieza se apoya principalmente en la manera tan sabia que tiene el grupo de explotar el gancho intrínseco del motif central mientras lo ornamenta con oportunos despliegues de virtuosismo. En comparación, tiene mayor vigor y su esquema rítmico muestra un sentido más pronunciado de la sofisticación. La inserción de un groove bluesero a mitad del camino con el fin de sustentar un fabuloso solo de saxo ayuda a hacer las cosas aún más interesantes rumbo al final. Con esta secuencia de ‘Whiskey Chaser’, ‘Electric Zombieland’ y ‘Money Train’, el repertorio del álbum ha conquistado una cima decisiva e inapelable. Los últimos 17 ¼ minutos del disco están ocupados por la dupla de ‘Carnival’ y ‘Escape From Hippie Mountain’. ‘Carnival’ es el tema más extenso del álbum y también el más sereno: el talante de la primera sección está fluidamente encapsulado en las vibraciones introspectivas que se destilan desde cada uno de los poros de su envolvente desarrollo melódico, mas en una segunda instancia, el ambiente se torna más exultante, solventemente edificado sobre un groove ágil y contagioso. El nuevo asunto no se extiende por demasiado tiempo pero sí causa un impacto fuerte en la estructura de las interacciones entre los instrumentistas. De regreso al primer motivo, el grupo le da un enfoque un poco más aguerrido bajo la guía de la guitarra (casi Hendrixiana aunque también con su innegable toque de BECK), encaminando al tema hacia un epílogo entrañable. Por su parte, ‘Escape From Hippie Mountain’ es expresión de alegría químicamente pura en un esquema jazz-rockero de raigambre funky. Volvemos a esa línea de trabajo en la cual el saxo ocupa un rol especialmente protagónico pero el solo de guitarra porta una estupenda fiereza volcánica que le da un aire nuevo al irrefrenable espíritu lúdico de la pieza. La labor de la dupla rítmica – especialmente la del baterista – es soberbia. Una gran manera de concluir el álbum.

Lamentamos haber reseñado a “Goat Man & The House Of The Dead” un poco tarde, ya estando a fines del año 2017, cuando se trató de uno de los discos más excitantes y contundentes del año 2016. Pero bueno, según dicen, más vale tarde que nunca y nunca es tarde para recomendar esta nueva joya musical perpetrada por los (aparentemente) infalibles MARBIN. Este disco es algo más que un simple disco, es una jocosa celebración jazz-progresiva del arte del sonido.


- Muestras de 'Goat Man & The House of the Dead':


cesar inca mendoza

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