Crítica del disco de Pallas - 'XXV' (2011)

El resurgimiento regio de Pallas: la Atlántida se hunde, pero puede rescatarse

Pallas - 'XXV' (24 enero 2011)
Mascot Records / Music Theories Recordings
Calificación: 8

Pallas - 'XXV'1. Falling Down
2. Crash And Burn
3. Something In The Deep
4. Monster
5. Alien Messiah, The
6. XXV [part 1]
7. Young God
8. Sacrifice
9. Blackwood
10. Violet Sky
11. XXV [part 2]

Duración total: 1:01'28''

Músicos:
- Paul Mackie: Voz
- Graeme Murray: Bajo y coros
- Niall Mathewson: Guitarras
- Ronnie Brown: Teclados y coros
- Colin Fraser: Batería y coros

Género: Neo-progresivo.
Grabado en 2010 en los Mill Studios de Aberdeenshire, Escocia.
Producido por Pallas.


Decir que ahora la moda entre los grandes clásicos y otras bandas de neo-progresivo es apostar por el sonido que han hecho Pendragon desde el disco 'Pure' (2009), una especie de heavy fusionado con el neo-prog de toda la vida, sería duro. Pero es así. Y el siguiente grupo que se ha apuntado a la lista es Pallas. Y no, no lo digo como reproche. Entre otras cosas porque su disco 'XXV' es mucho más que eso y, además, les ha salido algo monstruosamente majestuoso.

La promoción hace mucho, y parece que Pallas y su management se lo han currado de lo lindo para lanzar este álbum que llega 6 años después de 'The Dreams of Men' (2005) y que tanto supone de nuevo. Más que nada porque desde que justo hace un año perdieran por el camino a Alan Reed, quien fuera su frontman desde su segundo disco, allá por 1986, han tenido que cambiarlo todo y ahora es Paul Mackie quien lleva esas riendas.

Lo primero que hay que decir del álbum es que tiene una personalidad propia tremenda, pero sobre todo, ambición y pretensiones. No es 'XXV' un disco más, sino que atrapa desde el primer instante y si su larga duración puede parecer a alguien un muro que franquear, se equivoca. Contiene una hora de música de alta alcurnia, una belleza formal y una energía tremenda en un grupo que tampoco es que haya destacado mucho en el pasado por sus duros trabajos. Los escoceses apenas tienen tienen 6 álbumes de estudio en sus 27 años de vida, entre otras cosas por su muerte y resurrección entre 1986 y 1998, un hiato de 12 años interminables.

En este disco se puede encontrar desde himnos puramente neo-progs como el de inicio, la electrónica y al mismo tiempo heavy 'Falling Down' -un desborde de energía impresionante-, que llama la atención por el uso en algunas fases de la base rítmica del doble bombo y unas guitarras duras, aunque siempre todo muy tapado por unos teclados majestuosos de Ronnie Brown, que se come a sus compañeros con unas atmósferas de pura magia. Muy buenos también los dejes del bajo de Graeme Murray, las mencionadas guitarras de Niall Mathewson y un buen trabajo de debut de Mackie. Su voz tiene cierto carisma y suena genial con estas líneas melódicas y tan épicas puramente propias de los Pendragon de 'Pure' y lo que ahora llega: 'Passion'. De hecho, en algunos momentos la voz recuerda a la de Nick Barrett, inevitablemente.

'Crash And Burn' es una desbordante y alocada canción que roza el género del metal progresivo, aunque con unas guitarras tan trabajadas a nivel sonoro que nos recuerdan a las texturas que trabajaba Steve Howe en los mejores tiempos de Yes. Eso sí, también hay mucho funky durante tdo el tema, con guiños a los modos ochenteros del progresivo. De todos modos, de nuevo su parte final nos conduce a un sonido heavy de alto quilate. 'Something In The Deep' es sin embargo una pieza mucho más 'narrativa', al servicio de este disco que, nadie olvide, es conceptual, y se centra en la temática de la misteriosa Atlántida. Esta 'Something In The Deep' es una canción atmosférica, muy ambient, con unas guitarras muy típicas del Gilmour más hipnótico, y con unas voces tan retocadas que nos evocan a los Enigma de los años 90, cuando Michael Cretu hacía esas genialidades en sus dos primeros discos de ambient new age. Lujazo y apuesta arriesgada de Pallas que se agradece, y mucho.

Y que nadie crea que se cortan... más adelante llegan 'Blackwood' 'Violet Sky', temas 9 y 10 respectivamente, que vuelven a apostar por lo instrumental con una intencionalidad ambient new age. El gusto es tan exquisito a la hora de componer que a pocos no enamorarán y convencerán con la sensibilidad que demuestran, sobre todo cuando nos regalan unas fases de piano, teclados ambientales y un bajo monumental que nos recuerda al mejor jazz fusionado con ese estilo new age antes descrito.

Pero no, no se trata de un trabajo generalmente marcado por esa alma musical tranquila. Para demostrarlo están otras piezas como 'Monster', que fue el single de presentación, una canción muy neo-prog ochentera clásica, con un estribillo muy pegadizo y energía a raudales. Como ejemplo de ese estilo más agresivo y de raza rockera está también 'The Alien Messiah', muy en la línea de la anterior, 'Monster'. Un ejemplo más es 'Young God', un oscuro pasaje musical marcado por los sonidos graves y pesados, casi propios de unos Black Sabbath pero con instrumentación lógicamente más cargada, como es uso habitual en el rock progresivo y sus subgéneros. Sin embargo, el lujo rockero más desinhibido se lo marcan Pallas con 'Sacrifice', un tema casi hardrockero, sin tanta complicación composicional, muy pegadizo y que nos evocan a unos Rush en los riffs o a unos IQ en cuanto al estilo vocal.

Pero mención especial merecen las partes 1 y 2 de 'XXV', pieza central del álbum y que da nombre al mismo. Hay que recordar en este punto que el disco es una especie de sucesor de 'The Sentinel', su debut discográfico allá por 1984, y se centra en una historia inspirada en la antes mencionada legendaria civilización de la Atlántida. Pues bien, 'XXV' 1 y 2 apenas suman en conjunto 12 minutos, y están separadas en el álbum por 4 canciones, pero no es necesaria la continuidad para perder el hilo temático y musical que traza y que cierra la segunda parte, que también sirve para poner el punto y final al disco.

Son sus canciones más épicas y más logradas, con una calidad en la composición y en la interpretación que abrumaría a cualquiera. Y curiosamente el instrumento más destacado es el bajo, que hace una labor fabulosa en la primera parte, trazando un tema muy Pendragon y Arena de los últimos tiempos. La segunda parte es un puro lujo desde su primer segundo hasta el último, con unos teclados de leyenda tanto en su parte ambiental como el trabajo de piano. Las guitarras adquieren más presencia y se retoma la línea melódica de la primera parte, con un dramatismo que borda Mackie con su aportación vocal y un estribillo prodigioso. Y eso sin comentar el final del tema, con una parte coral que pone los pelos de punta. Una obra e arte en su conjunto, vaya.

El disco ha sido editado por Mascot Records, aunque también está disponible a través de su sello propio, Music Theories Recordings. Este 'XXV' cuenta asimismo con una edición especial con un DVD firmado por sus integrantes.

Puntuación: 8/10