Blackfield, un ADN más que envidiable

Crónica del concierto de Blackfield en Amberes (Bélgica)
28/04/2011
Calificación:

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Crítica del disco 'Welcome To My DNA'

Crónica del concierto de Blackfield en Amberes (Bélgica)
Fecha: 28/04/2011, 21:00h.
Calificación:

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Un ADN más que envidiable

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Como muchas de las grandes giras que se hacen en los últimos años en Europa, la de Blackfield no pasó por España. Siempre es un placer ver a Steven Wilson en directo, ya sea con Porcupine Tree o con alguno de sus proyectos paralelos, así que la única opción finalmente fue coger un avión… a Bélgica, por ejemplo. El 28 de abril la Trix de Amberes se llenó de gente de todas las edades para ver cómo Blackfield presentaba su nuevo disco, 'Welcome To My DNA'.

Crónica: Miguel Esteban / Fotografías: Patricia Herrero

Cualquier grupo que llevara Kscope, el sello de Blackfield y de muchas otras bandas de progresivo, iba a ser una buena opción para abrir el concierto. En las primeras fechas fue The Pineapple Thief, en la inminente gira norteamericana será Anathema y en Amberes los encargados de preparar el ambiente fueron los escoceses North Atlantic Oscillation, con su peculiar uso de la electrónica, que tras varias escuchas acaba siendo realmente adictivo.

Al frente del escenario estaban sus dos guitarristas y su bajista, armados de pedales de efectos, sintetizadores y samples, y a un lado del escenario tocaba enérgicamente su batería. Durante 45 minutos y sin pausa, los de North Atlantic Oscillation interpretaron algunas canciones de su disco de debut, 'Grappling Hooks', como 'Drawing Maps From Memory' y 'Hollywood Has Ended', y dos adelantos de su nuevo álbum, que están grabando ahora y probablemente saldrá a finales de año.

A las nueve en punto salió Blackfield al escenario con 'Blood', esa canción que quizá rompe un poco con el estilo de su último disco, pero que para abrir un concierto funciona a la perfección. Con Steven Wilson y Aviv Geffen como claros protagonistas de la noche, desde el centro del escenario y acompañados por un batería, un teclista y un bajista, siguieron con Blackfield, el tema homónimo de su primer disco. Pero era la noche en la que presentaban 'Welcome To My DNA', por lo que a continuación tocaron sus dos primeras canciones, 'Glass House' y 'Go To Hell', que curiosamente Aviv Geffen dedicó a sus padres.

Parece que en cualquier sitio en el que esté Steven Wilson, el sonido siempre es perfecto y así lo fue esa noche. Se podía apreciar cada una de las armonías vocales, el sonido de cada uno de los instrumentos. Steven Wilson revisaba de vez en cuando el volumen de su guitarra eléctrica y, como también ocurre en los conciertos de Porcupine Tree, las partes más cañeras de algunas canciones, que en los discos pueden pasar desapercibidas, en directo sonaban realmente contundentes. Así pasó por ejemplo en 'Open Mind', la canción que abre el primer disco.

Y es que en realidad el setlist estuvo bastante equilibrado respecto a sus tres discos. Tocaron 'Pain', del primero, pero luego siguieron con nuevas canciones, 'DNA' y 'Waving', y ya en la segunda mitad del concierto tocaron casi seguidas las tres primeras canciones de 'Blackfield II'. En 'Hello', Aviv Geffen dejó la guitarra eléctrica y la acústica que alternaba durante el concierto y se sentó al piano, como más adelante también haría en 'Dissolving With The Night'.

Lo que Blackfield hizo esa noche fue tocar buenas canciones, lejos de la idea de Steven Wilson del álbum como viaje conceptual, que con Porcupine Tree le lleva a interpretar discos enteros en directo. Y buenas canciones también dijo Steven Wilson que eran las que Aviv Geffen lleva haciendo desde los 90. Así presentó 'Zigota', una de las varias canciones de Geffen que, traducidas al inglés, han ido apareciendo en los discos de Blackfield.

Quizá uno de los momentos más emotivos de la noche llegó en los bises, cuando Aviv Geffen cantó 'Far Away', sólo sobre un acompañamiento de piano y los arpegios de su acústica. Steven Wilson le miraba desde el otro lado del escenario y al final terminó por unirse a las voces. Después de hora y media pasadas, el concierto acabó con 'End of The World' y 'Cloudy Now', y ese grito de la parte final, el "We’re a fucked up generation" sonó con fuerza en toda la sala.

Un concierto, sin ningún tipo de apoyo visual, ni siquiera un telón de fondo, en el que al final lo único que quedó fue la música, las buenas melodías de todas las canciones de Blackfield. Y si siempre es un placer ver a Steven Wilson, el placer es mayor cuando lo ves más directo y despreocupado, tocando y disfrutando del concierto; cuando ves a un Steven Wilson con los pies (descalzos) sobre la tierra.

 

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Crónica: Miguel Esteban / Fotografías: Patricia Herrero
Mayo 2011

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