Camel - 'The Snow Goose (Re-recording)' (2013)

El pasado de Camel, más presente que nunca

Camel - 'The Snow Goose (Re-recording)' (22 octubre 2013)
Sello: Camel Productions; País: Reino Unido; Calificación: Calificación: 9

camel snow goose

1. The Great Marsh (2:09)
2. Rhayader (3:06)
3. Rhayader Goes To Town (5:28)
4. Sanctuary (Revised edition) (2:57)
5. Fritha (1:27)
6. The Snow Goose (3:02)
7. Friendship (1:50)
8. Migration (Revised edition) (4:29)
9. Rhayader Alone (Revised edition) (3:24)
10. Flight Of The Snow Goose (2:27)
11. Preparation (3:54)
12. Dunkirk (5:39)
13. Epitaph (Revised edition) (1:32)
14. Fritha Alone (1:47)
15. La Princesse Perdue (5:18)
16. The Great Marsh (1:35)

Duración total: 50'04''

Músicos:
- Andrew Latimer: guitarras, teclados, flauta.
- Colin Bass: bajo.
- Guy Leblanc: órgano, sintetizador Moog, voces.
- Denis Clement: batería, percusión, bajo, teclados.

· Género: Rock sinfónico, rock progresivo.
· Grabado en 2013
· Producción, arreglos y mezclas por Denis Clement y Andrew Latimer
· Masterización por Tony Cousins.


the snow gooseNo es la primera vez que estamos ante una obra progresiva clásica regrabada. Se me vienen a la cabeza un par de ejemplos no muy lejanos: Mike Oldfield regrabó la primera entrega de 'Tubular Bells' en 2003 y, más recientemente, Steve Hackett nos deleitó con el segundo volumen de su 'Genesis Revisited'. Cuando se dan este tipo de casos, el razonamiento suele ser: a) disconformidad con el resultado de la obra original en cualquier aspecto, b) intención de reinterpretar lo ya existente con el objetivo de añadir o eliminar secciones o experimentar con otros estilos para darle a la obra una nueva imagen.

La razón de Andy Latimer para rescatar 'The Snow Goose' es una mezcla de ambas. Nunca quedó del todo satisfecho con algunas decisiones que se tomaron en lo referente a los arreglos y la producción. El disco fue una más que fructífera colaboración entre Latimer y el teclista de la formación original y clásica de Camel: el difunto Peter Bardens. Estos dos genios, junto con la base rítmica compuesta por Doug Ferguson, al bajo, y Andy Ward, a la batería, lanzaron en abril de 1975 este álbum conceptual e instrumental, basado en un relato corto del escritor americano Paul Gallico. El éxito de ventas y crítica hizo que se ganaran el título de 'banda revelación' en aquel año. Tanto fue así, que vendieron todas las localidades del Royal Albert Hall en un concierto histórico con la Orquesta Sinfónica de Londres en octubre de ese mismo año, capturado para siempre en el mítico álbum en vivo 'A Live Record' (1978). Sin suda, 'The Snow Goose' se ha convertido en uno de los discos más queridos de Camel por sus fans y más aún desde que volvieran a escena el año pasado con un rotundo regreso a los escenarios y con la grabación que nos ocupa.

Latimer no solo ha regrabado el disco siendo fiel al original en esencia y atmósfera, sino que ha aprovechado la ocasión para introducir arreglos nuevos en algunos de los cortes, alargándolos ligeramente y dándoles una especie de atmósfera no muy lejana a la de una banda sonora; lo cual, tiene sentido, dado la naturaleza conceptual de la obra. El sonido es más contemporáneo y nítido, y eso le da un toque moderno que hace que parezca que haya sido compuesto en la actualidad. Latimer, que se ocupa de todas las guitarras, flautas y producción, está acompañado por su fiel mano derecha, Colin Bass, al bajo; Denis Clement, a la batería, percusiones, algunos teclados y producción, y Guy LeBlanc, a los sonidos de órgano, sintetizador Moog y piano, dejando a Latimer los teclados más orquestales y ambientales.

La gran ciénaga nos espera. El disco empieza tal y como lo hacía el antiguo vinilo del 75. La misteriosa melodía de 'The Great Marsh' desemboca en el mágico momento en el que la batería da paso a esa maravillosa orquestación. Y la flauta. El habitante del faro, 'Rhayader', y su melodía como sacada de una fábula nos hacen sonreír y enseguida aparece ese solo de órgano, antaño ejecutado por Bardens, esta vez por LeBlanc. La batería es sutil y no demasiado estridente, detalle que se agradece y que recuerda a Andy Ward. 'Rhayader Goes To Town' es uno de los momentos más intensos y acelerados del disco, a la par que uno de los más célebres de la trayectoria de Camel. El solo de guitarra disipa todas las dudas sobre la posible pérdida de fuelle de Latimer. Es diferente al original, pero igual de enorme.

'Sancturary' es el primer corte de una trilogía bellísima que disfruta de nuevos arreglos. De las novedades que aporta esta regrabación, quizás mis preferidas sean las de este tema, con esas sentidas notas de la guitarra, como solo Latimer sabe hacer y un colchón de teclados que arropa la melodía como si la estuviera acunando, como si de una canción de cuna se tratase. 'Fritha' es el nombre de la siguiente pieza y de la niña que acaba convirtiéndose en amiga de Rhayader y esa bonita amistad inspira esta melodía. Y por fin aparece volando sobre el faro el ganso de nieve, un tanto maltrecho. La unión de los tres está representada en la irresistible melodía de 'The Snow Goose', un ejemplo de cómo agrupar melodía, gusto y sentimiento en tan solo tres minutos. La simpatía contagiosa de 'Friendship' es un preludio de uno de los momentos más dramáticos del disco: el ave recupera sus fuerzas y vuelve a volar dejando a sus amigos. La nueva versión de 'Migration' tiene nuevos arreglos en la sección central. La original quizás fuera demasiado breve, la del directo 'A Live Record' totalmente pensada para el escenario, pero los arreglos de flauta, piano y teclados de esta nueva versión añaden más tensión y drama al momento de la historia, como si de una banda sonora se tratase. De hecho, el momento está tan bien representado que es fácil imaginarse las escenas de preocupación y tristeza de Rhayader y Fritha al ver a su nuevo amigo partir. 'Rhayader Alone' también cuenta con un solo de guitarra alargado con un fondo de órgano Hammond y teclados orquestales. Este momento tenso y triste finaliza la primera parte de esta obra de arte.

Andy Latimer de CamelSonidos de sintetizador inician la segunda mitad del álbum con 'Flight Of The Snow Goose', el regreso del ganso de nieve a la ciénaga años más tarde. La melodía triunfal es un contraste total con la melancolía con la que acaba la primera parte. En 'Preparation', tenemos a Rhayader listo para embarcar junto con un pequeño ejército rumbo a Dunquerque con el objetivo de colaborar en la evacuación de los aliados en Francia durante la Segunda Guerra Mundial y llevarlos de vuelta a suelo británico. Esta pieza quizás sea la más transformada del disco, dada la inconformidad de Latimer con la original. Acusa a los arreglos primerizos de repetitivos y pesados y, por ello, añade nuevos teclados y efectos de truenos o cañonazos, ideales para mascar la tensión y la tragedia de la guerra. Todo un acierto.

El ave protagonista sigue a Rhayader en sus andanzas hasta que este es alcanzado por una bala y fallece, hundiéndose con su embarcación. 'Dunkirk' es el momento más duro del disco, musicalmente. Denis Clement hace un trabajo excelente con los redobles de batería y el bajo palpitante, curiosamente tocado por el propio Clement en este tema solamente, es el ritmo perfecto para esta batalla tan trágica. Y el ganso se queda dando vueltas en círculos sobre el lugar de la tragedia donde su amigo ha caído.

Las nuevas orquestaciones de 'Epitaph' no tienen nada que ver con el disco original y son el preludio ideal para la sencillez y sensibilidad de 'Fritha Alone', el solo de piano que compusiera el maestro Bardens hace casi 40 años y que aquí la escuchamos interpretada prácticamente igual por Guy LeBlanc. Todo un recuerdo al maestro que nos dejó hace ya doce años.

'La Princesse Perdue' tiene algo así como dos mitades. En la primera, nos encontramos con un solo de sintetizador alegre, ya que nuestro ave vuelve a la ciénaga a ver a Fritha. Pero la atmósfera se vuelve a tornar melancólica cuando la chica confirma su sospecha de que Rhayader había caído en combate. Mientras, el entrañable ave surca el horizonte para no volver nunca más. Los motivos musicales del tema que da título al álbum se repiten en esta segunda mitad de 'La Princesse Perdue' de manera más épica, a modo de final. Uno de los momentos más bellos y emotivos de la carrera de Camel y, para los oídos de uno, de la música contemporánea.

Y Fritha siguió creciendo en la gran ciénaga mientras los ecos del cierre de 'The Great Marsh' son tan solo un recuerdo de ese bonito comienzo de la historia cincuenta minutos atrás.

Una de las razones por las que muchas obras de la música rock creadas hace 30 ó 40 años sean atemporales es que, en la actualidad, siguen teniendo sentido, siguen sonando geniales y los mensajes son más actuales que nunca. Es innegable lo necesario de un mensaje como el de 'The Snow Goose' para nuestros días: en tiempos difíciles, de guerras, crisis y egocentrismos, lo mejor es refugiarse en aquellos seres que realmente importan y dan sentido a nuestras vidas. No hay nada como una buena amistad para combatir las dificultades.

Andy Latimer ha sido muy inteligente al rescatar esta obra. Él mismo se ha recuperado de una larga enfermedad, pensó que el disco merecía unos arreglos con los medios actuales y decidió volver a presentarlo en vivo en una gira europea con un éxito rotundo, que continúa en estos días, con próxima parada en Madrid y Barcelona. El resultado es todo un acierto y, con ello, Latimer ha demostrado que sigue en forma, musical y creativamente. Pero, sin duda, la gran prueba de fuego llegará cuando nos deleite con un disco de estudio con material totalmente nuevo que, esperemos, llegue más pronto que tarde. Mientras tanto, amigos y amigas, ocupen sus asientos que el espectáculo va a comenzar. Disfrutemos de 'The Snow Goose' y celebremos el regreso de Camel.


Calificación: 9/10


  • Web oficial de Camel:

www.camelproductions.com


firma fernando medina