La navidad sólo llega una vez al año para todas las niñas y niños. ¡Cuánta alegría y felicidad encuentran en sus juguetes nuevos! Te contaré la historia de un niño que vive aquí al lado. Para este muchacho la navidad es tan sólo un día más. – Conmovedora pieza musical para abrir una película y esbozar de paso la psicología de su personaje principal. La película se trataba de The Wall, el personaje era Pink (un alter ego de Roger Waters) y la canción –The Little Boy That Santa Claus Forgot– solo podía estar interpretada por Vera Lynn (¿alguien la recuerda por aquí?).
Este triste tema navideño de 1937 sería reinterpretado por el gran Nat King Cole en una época -los años 60- en la que los mejores artistas norteamericanos pusieron voz a los más conocidos villancicos anglosajones. Una década después los músicos progresivos comenzaron a engrosar el repertorio musical de la navidad con su estilo y, aunque no tuvieran la trascendencia de los Bing Crosby, Ella Fitzgerald, Dean Martin o Frank Sinatra, ignorar su aportación merecería la misma reprobación que aquel olvido de Santa Claus.
Los primeros de la esfera progresiva en abordar la temática navideña fueron Jethro Tull. En diciembre de 1968 publicaron el single Love Story, en cuya cara B se encontraba A Christmas Song, un golpe al materialismo navideño por parte del compositor Ian Anderson. En 1971 la portada de Aqualung relacionaba pobreza con navidad (“spend christmas skiing with mixed party” se leía en un cartel junto al graffiti dejado por el mendigo protagonista), recurso que fue aprovechado suculentamente por Phil Collins en las navidades de 1989 con Another Day in Paradise. Sin embargo, la aportación más meritoria de Jethro Tull en esa época fue el EP Ring Out Solstice Bells, publicado a finales de 1976, cuyo pegadizo tema folk principal nos evocaba las celebraciones paganas del solsticio de invierno.
La conjunción del multiinstrumentista Mike Oldfield con el flautista Les Penning a mediados de los 70 dio como resultado una serie de singles navideños instrumentales que tuvo muy buena acogida en las listas de ventas británicas: In Dulci Jubilo alcanzó el puesto número 4 en 1975 y Portsmouth el número 3 en 1976. Una muestra de la repercusión musical de estas versiones fue la inclusión de In Dulci Jubilo como parte de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpìcos de Londres en 2012.
En diciembre de 1975 la canción I Believe in Father Christmas de Greg Lake fue privada del número 1 por Bohemian Rhapsody de Queen, situación vista con orgullo por el entonces componente de ELP: “Fui batido por uno de los mejores discos de la historia. Estaría cabreado si me hubiera derrotado Cliff Richard”. La composición de Lake -aderezada con notas de la Troika de Prokofiev- se complementó de forma brillante con los textos aportados por Peter Sinfield de King Crimson acerca de la pérdida de la inocencia infantil y la comercialización de las navidades. En 1988 su compañero Keith Emerson también revisitaría la Troika en The Christmas Album, una particular visión de canciones tradicionales navideñas.
Tras la triste acogida de la gira británica del álbum Drama, los componentes de Yes siguieron caminos separados. El bajista Chris Squire y el baterista Alan White intentaron montar un grupo -conocido como XYZ- junto a Jimmy Page de Led Zeppelin, pero tras varios ensayos (participando Robert Plant como vocalista en uno de ellos) también se disolvieron. Lejos de rendirse, los dos ex-Yes aunaron fuerzas y publicaron un single a finales de 1981 llamado Run with the Fox con música parcialmente basada en el villancico tradicional Sussex Carol. Andrew Jackman, compañero de infancia de Squire en el coro de la iglesia de St Andrew en Kingsbury (aunque también coincidieron en el colegio y en el grupo The Syn), colaboró en la orquestación del tema y Peter Sinfield aportó su pluma para enriquecer la letra.
Antes de publicar el LP Tales from the Lush Attic, la banda neo-progresiva IQ se dió a conocer en 1982 con un álbum en cassette llamado Seven Stories into Eight que recogía las ocho primeras demos de la formación. Entre ellas se encontraba una auténtica joya, For Christ’s Sake, un medley navideño instrumental considerado como himno que ya interpretaron en su primer concierto allá por 1981.
No obstante, la aportación navideña más destacada de la década de los 80 vino de la mano del Yes-man Jon Anderson y su disco Three Ships de 1985. Se trató del primer álbum del ámbito progresivo repleto de villancicos (tanto tradicionales como de nueva hornada) y contó con la colaboración de la cantante de gospel Sandra Crouch y del guitarrista Trevor Rabin. Del mismo se extrajo un single compuesto junto a Vangelis: Easier Said than Done.
A finales de 1989 Jethro Tull retornó al mercado navideño con la publicación del sencillo Another Christmas Song, extraído de su LP Rock Island. Por su parte, Mike Oldfield recuperó en la década de los 90 su costumbre de publicar villancicos, tanto en forma de recopilatorio (The Mike Oldfield Christmas EP) como de nuevas grabaciones (Silent Night y Peace on Earth).
Las canciones de corte folk, principalmente si son instrumentales, tienen de por sí cierto aire navideño. Por esa razón algunas de las composiciones de Jethro Tull o Mike Oldfield podrían pasar por villancicos. Sirvan como ejemplo Bourée o Skating Away on the Thin Ice of the New Day de los primeros y Pipe Tune o Mike’s Reel del segundo. Ocurre lo mismo con los álbumes trovadorescos publicados por el dúo Blackmore’s Night, integrado por el guitarrista Ritchie Blackmore (de Deep Purple y Rainbow) y la vocalista Candice Night. En 1997 apareció su primer trabajo, Shadow of the Moon, que podía vincularse tanto con Mike Oldfield -por el título de la obra y el sonido de sus composiciones- como con los Tull, ya que el mismo Ian Anderson ejerció de juglar en uno de los temas. En 2006 el dúo publicó un compacto repleto de villancicos, Winter Carols, que promocionaron con la canción Christmas Eve, de cosecha propia.
El nuevo milenio llegó cargado de álbumes navideños progresivos. El primer artista en publicar uno fue el teclista Rick Wakeman en el año 2000, titulado Christmas Variations, cuyo autor admite ponerse en las fiestas de navidad. Más adelante llegaron The Jethro Tull Christmas Album (2003) y el coral Chris Squire’s Swiss Choir (2007), que contó con la colaboración del guitarrista Steve Hackett en uno de los cortes. Jon Anderson no se quedó atrás y en 2007 reeditó su Three Ships con material añadido para acabar de completar el lote.
En cualquier caso, el trabajo con tintes navideños más peculiar de esa época lo supuso una compilación de 2001 publicada por el sello Magna Carta y denominada Sounds Like Christmas en la que participaban artistas de la talla de John Wetton, Kansas y Robert Berry. La curiosidad de este compacto radicó en tratar a los diferentes villancicos tradicionales con el estilo musical de las más representativas estrellas del prog. Sirva como ejemplo el arreglo de Carol of the Bells que realizó Robert Berry -capitán del proyecto- emulando pasajes musicales de Yes. Varios años más tarde, en 2013, fue Marillion quién llevó a su terreno este villancico como regalo de navidad a sus fans.
Desde 2009 y durante varios años, Ian Anderson vino ofreciendo por diciembre conciertos que fueron integrados en la gira Ian Anderson Plays the Christmas Jethro Tull. Éstos se celebraron cuando fue posible en recintos religiosos, contando en algunas ocasiones con invitados especiales. Así ocurrió en 2011, cuando se acompañó de las voces de Bruce Dickinson en la catedral de Canterbury y de Greg Lake en la iglesia londinense de St Bride.
No podía faltar en una celebración musical de la navidad la contribución de Neal Morse (Spock’s Beard, Transatlantic). En 2000 y 2011 vieron la luz sendos álbumes navideños del artista, pero fue en 2012 cuando éste reunió a un interesante elenco de amigos progresivos para grabar el compacto A Proggy Christmas. La formación, autodenominada The Prog World Orchestra, estaba integrada por músicos con el bagaje de Steve Hackett, Mike Portnoy, Roine Stolt, Pete Trewavas y Steve Morse, capaces de elevar a las más progresivas cotas los villancicos que se pusieran a tiro.
Y para concluir, un retorno a la música folk tradicional de la mano de Les Penning y su flauta dulce, que ya acompañara a Mike Oldfield en Ommadawn y aquellos singles navideños de los 70. Cual flautista de Hamelín, el británico nos cautivó con las melodías de su trabajo Belerion, publicado en las postrimerías de 2016 bajo el auspicio de Robert Reed, el alma mater de Cyan y Magenta. Aunque no falta en este álbum una revisión de Portsmouth, merece la pena destacar la versión del villancico Sussex Carol por ser el tema que reunió por vez primera a ambos músicos el año anterior y por su conexión con aquel Run with The Fox de Chris Squire y Alan White de las navidades de 1981.
Quiero dedicar este post a la memoria de los ídolos progresivos que se marcharon en los últimos años: Chris Squire (4/3/1948 – 27/6/2015), Keith Emerson (2/11/1944 – 10/3/2016), Greg Lake (10/11/1947 – 7/12/2016) y John Wetton (12/6/1949 – 31/1/2017). Su música y espíritu perduran en navidades pasadas, presentes y futuras.
Jordi Adell
Más textos de este autor, en su blog 'Musical Boxed'