Crítica del disco de On the Raw - 'Climbing the Air' (2019)

On the Raw - 'Climbing the Air'
(1 de marzo de 2019, Red Phone Records)

On the Raw - Climbing The Air

1. Climbing the Air
2. Red Roses
3. Resistance
4. Moneypenny
5. Herois
6. Blackmail
7. Skeptic


La formación catalana On the Raw está articulada por Alex Ojea (batería), Jordi Amela (teclados), Jordi Prats (guitarra), Pep Espasa (saxo, flauta) y Toni Sánchez(bajo). Este año, el quinteto presentará Climbing The Air, un segundo relevo fonográfico con el que dilatar la carrera discográfica de los barceloneses.

En Climbing The Air prevalece la vertiente jazzística, esa “locura” calibrada tan primigenia; aunque también es discernible un rock de bordes distendidos cuya misión principal es encauzar el torrente de sonidos que confluyen en cada pieza.

Climbing The Air es una obra mastodóntica en la que el quinteto va desliando unas melodías perladas de matices cambiantes que exigen atención completa para no perder detalle.

A grandes rasgos, los cuatro primeros temas tienen una rítmica más ágil, un allegroque juega entrelazándose con la partitura en un exquisito fluir de ideas. Los tres últimos tienen más aspectos progresivos o jazz fusión.

La canción que da título al disco es un claro ejemplo de ello; un brainstorming con el que el grupo muestra sus ingeniosas ocurrencias con total naturalidad. Como una sucesión de fragmentos perfectamente acoplados que dan vida a la banda, y al mismo tiempo, es la propia banda la que los engendra; un círculo vicioso, una retroalimentación. Aunque el preludio teclístico casi futurista sugiere otra cosa,’Climbing The Air’ va alzando el vuelo cada vez con un ritmo más jovial. Nunca es tarde para las febriles punzadas de la batería ni para las secciones límpidas de piano.

Es el turno de ‘Red Roses’, que tiene un arquetipo más romántico. Una flauta excepcional se hace con el control de la situación muchas veces, casi diría que lleva la dirección hasta que al final se deja fascinar por un saxo que también reclama su notoriedad en la canción.

‘Resistance’ está concebido mediante otro punto de vista, si bien el cambio es sutil (o no tanto), pero esa base puramente jazz es reemplazada por otra más progresiva. Se logra fusionar las partículas y abarcarlas en un todo, una mezcolanza de estilos que compiten por la posición titular.

On The Raw

‘Moneypenny’ es parecido al anterior, con un trasfondo más enérgico, recurriendo a veces a la distorsión de guitarra o a la grabación de una voz. Está compuesto de dos partes, podríamos decir: la primera más “primaveral” con predominio del saxo, y la segunda más onírica y de reverberaciones sonoras- Esta pieza me recuerda en la lejanía a King Crimson. No obstante, son “unos” On The Raw, con su identidad bien definida.

Le sigue ‘Herois’, una melodía preciosista que se abre paso con delicadeza. La flauta es acompañada en ocasiones por arreglos corales femeninos. Por si la maravilla fuera poca, un piano marca el segundo tiempo hasta adquirir agilidad rítmica. Es el turno de una guitarra acústica, vehículo de la confluencia de instrumentos.

Creo que ‘Blackmail’ es el tema más progresivo del álbum. ¿Focus? ¿Jethro Tull? ¿De nuevo King Crimson? ¿Gavin Harrison en solitario? ¿O los grupos clásicos del rock progresivo italiano? Ninguno de ellos, no obstante éstos se aproximan a lo que me recuerda.

Cierra el álbum ‘Skeptic’, una nueva muestra de proyecciones diamantinas. En definitiva, estamos ante uno de los mejores álbumes del año, y eso que no ha hecho más que empezar.


Calificación: Nota: 9,5/10

eva plaza
- Mucho más en su blog 'Keep The Dream Alive':