Crítica del disco de Tee - 'Tales of Eternal Entities' (2016)

La eterna belleza del prog sinfónico japonés

Tee - 'Tales of Eternal Entities'
(9 marzo 2016, Musea Parallèle/Musea)

Tee - Tales Of Eternal Entities

Tremendamente buenas son las noticias que para el mundo del rock progresivo sinfónico y el rock progresivo en general nos trae la gente del grupo japonés TEE (o THE EARTH EXPLORER, como se prefiera). Este quinteto instrumental vuelve al ruedo fonográfico con un hermoso disco titulado “Tales Of Eternal Entities”. Sin duda que el grupo en cuestión está obstinado con titular a sus discos con frases cuyas siglas sean T.E.E., pero lo más importante es que los discos en sí mismos tengan un fuerte valor artístico. Con este quinteto de Kenji Imai [flautas y píccolo], Ryuji Yonekura [piano y sintetizadores], Takayuki Asada [batería], Yukio Iigahama [bajo] y Katsumi Yoneda [guitarras], dicho requisito está garantizado. Habíamos tenido el enorme agrado de descubrir a este grupo en el año 2012 con su disco “Trans-Europe Expression”, y ahora con nuestra aproximación a “Tales Of Eternal Entities” se refuerza nuestra convicción en la noción de que en TEE la escena progresiva japonesa tiene a una de sus figuras más destacadas del momento. La estrategia de trabajo creativo del grupo y su manera de traducir esto performativamente se enraízan en los antecedentes connacionales de MR. SIRIUS y PAGEANT, y también notamos aires de familia con otras bandas más recientes como PTF y KBB (en su faceta lírica); todo esto lleva a un vínculo cierto con la eterna tradición del prog sinfónico – especialmente de las provincias británica e italiana – pero con su oportuna robustez nueva que se siente afín a la escena progresiva de nuestros tiempos. Esta característica general de su modus operandi sigue manteniéndose vigente en la visión musical de TEE, cosa que corroboraremos de inmediato a través del repaso de los detalles de este nuevo disco.

‘Epithemeus’ abre el álbum ostentando un colorido vivaz y un groove también lleno de vivaz dinamismo, centrando su primera mitad en un grácil motif que se desarrolla alternando tempos de 5/4 y 6/4. A poco de pasar la barrera del tercer minuto y medio, la pieza vira hacia un nuevo motif que se caracteriza por un talante más vigoroso, ostentando ahora un colorido altanero desde el cual el grupo explora su propio punche sin perder un ápice de su meticulosa exquisitez. Para el pasaje final, el grupo cierra el círculo volviendo al primer motif bajo la guía de un exultante matrimonio de guitarra y flauta. ‘Secret Lake’ sigue a continuación para centrarse inicialmente en una actitud serena y reflexiva, la cual posteriormente abrirá paso a un interludio arquitectónicamente férreo, situándose a medio camino entre la espiritualidad grisácea tan típica del rock progresivo escandinavo y el paradigma del sinfonismo germánico (SCHICKE, FÜRHS & FRÖHLING, NEUSCHWANSTEIN). Este intermedio instaura un breve momento de nuevas expectativas antes de que el motivo central regrese dócilmente para reforzar eficientemente la aureola reflexiva con la cual se había iniciado este trayecto. Durando 8 ¾ minutos, ‘Marine Snow’ elabora fehacientemente el aspecto fastuoso al cual siempre tiende el esquema de trabajo sinfónico de TEE con su inapelable sobriedad. Ahora es tiempo de llevar ese aspecto hacia un área de envolvente ascensión, primero bajo la guía de la flauta y con el sustento armónico gloriosamente llevado por el piano y las capas de sintetizador, más adelante, dejando la puerta abierta a que entre los teclados y la guitarra se reparta la voz cantante para el bloque general. En esta segunda instancia, el asunto se orienta hacia la recepción de los legados británico (CAMEL, GENESIS) e italiano (PREMIATA FORNERIA MARCONI, LOCANDA DELLE FATE) de la primera generación del rock sinfónico. La sección final encarna la culminación perfecta en su fluida mezcla de extroversión e intimismo. El cuarto tema se titula ‘Pulse’ y sirve para que la banda se centre en sus inquietudes más sofisticadas, jugando con intrincadas alternancias entre grooves intrépidamente complejos y secciones solemnemente introspectivas, entre musculatura y mística.

A estas alturas, el oyente ya está totalmente acostumbrado a las pautas de agilidad y ligereza que practica la banda, y solo tiene que seguir dejándose llevar por esta magia que no abandona su cénit. Si es todo un placer descubrir cómo la dula rítmica de Iigahama y Asada puede lucirse dentro del ensamble, aún tienen más que decir en los dos temas que restan. Ocupando un espacio de 9 ½ minutos, ‘Mother Earth’ se erige en la pieza más larga del álbum. Retomando el aura de vitalista ceremoniosidad que antes marcó a ‘Secret Snow’ y a ‘Marine Snow’ sucesivamente, este tema la remodela con un vigor renovado. Como siempre, los diálogos y superposiciones de guitarra y flauta marcan las pautas melódicas en torno a las que gira la instrumentación global. El repertorio se cierra con ‘Moonbow’, pieza que también hace una síntesis, esta vez de los aspectos más extrovertidos del sonido grupal, heredando buena parte del punche de ‘Pulse’ y de la sensibilidad polícroma de ‘Epimetheus’. Tras este repaso del disco que tenemos en nuestras manos, nos reafirmamos en la noción de que TEE (a quienes preferimos llamar THE EARTH EXPLORER) es un referente inexpugnable e imponente del prog sinfónico del nuevo milenio, no solo al nivel de la escena nipona sino también a nivel mundial. “Tales Of Eternal Entities” es un catálogo de florecientes bellezas sonoras que resulta recomendable al 200% en cualquier buena discoteca progresiva actualizada.


- Muestras de 'Tales of Eternal Entities':

Epimetheus:

Marine Snow [en vivo en el Silver Elephant]:


firma cesar inca mendoza

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