Crítica del disco de VIII Strada - 'Babylon' (2015)

El ímpetu de la música progresiva babilónica

VIII Strada - 'Babylon'
(15 noviembre 2015, AltrOck Productions)

VIII Strada - Babylon

Hoy nos centramos en el grupo italiano VIII STRADA, so pretexto de su álbum conceptual “Babylon”, el mismo que fue publicado a mitad de noviembre pasado a través de la coproducción de Fading Records y AltrOck Productions. Conformado actualmente Tito Vizzuoso [primera voz y coros], Daniele Zigliani [guitarras y coros], Silvano Negrinelli [teclados y coros], Sergio Merlino [bajo y coros] y Riccardo Preda [batería y coros], este grupo se dedica a cultivar una modalidad hard de rock sinfónico al estilo de la larga tradición progresiva de su país desde mediados del primer decenio del nuevo milenio, que fue cuando se formó en la ciudad de Milán. Habiendo debutado con un EP homónimo, y tras la experiencia de una primer disco de larga duración publicado en el 2008 bajo el título de “La Leggenda Della Grande Porta”, con la publicación de “Babylon”, el grupo madura su voz musical generando recursos de sólido eclecticismo a través de una fuerte personalidad sonora que se siente bien definida. Todas las composiciones y letras del disco están a cargo de Negrinelli, y también se ocupa él de aportar todas las pinturas que forman parte del arte gráfica del álbum; el diseño gráfico estuvo a cargo del vocalista Vizzuoso.

Durando 9 ½ minutos, ‘Ombre Cinesi’ abre el álbum con una soltura bárbara que alterna pasajes de ceremoniosa pesadez con otros de tenebrosa agilidad, manteniendo siempre una emotividad oscura como esencia consistente de la expresividad en curso. La pieza bien puede describirse como un híbrido de la vieja escuela de BIGLIETTO PER L’INFERNO y la nueva de L’ALBERO DEL VELENO pero con una acidez directa semejante a la que recordamos en los discos de A PIEDI NUDI y MALIBRAN en aquella década del revival prog 90ero, además de algunos ribetes prog-metaleros que entran a tallar en los pasajes finales. Tras esta poderosa apertura sigue la dupla de ‘Preludio A Eclipse’ y ‘Eclipse Alunaire’: el primero de estos temas es un instrumental sinuoso, generoso en la elaboración de fastuosos climas manieristas y expresionistas a lo largo de su ambiciosa ilación multi-temática; el segundo es un tema cantado cuya dimensión sinfónica queda debidamente marcada por la guía que el teclado emplea a la hora de centrar las articulaciones instrumentales globales, incluso abriendo un espacio a ambientes tétricos en el preámbulo al pasaje de cierre. ‘Deguello’ es un instrumental que cumple con la función de ahondar en la fluida mezcla de tradición prog-sinfónica y prog-metal melódico que la banda maneja con extrema pulcritud e impecable nervio, con lo cual abre la puerta para la mostración de la musculatura más directa de ‘1403, Storia In Firenze’, una canción que se sitúa muy en línea con las líneas de trabajo de otras bandas italianas como PROFUSION y NOT A GOOD SIGN. La canción homónima dura 10 ½ minutos y se erige en la más larga del disco, además de encarnar la cúspide expresiva del álbum. Es que su despliegue de musicalidad a través de sus sesudas variantes de motivos y ambientes resulta extremadamente contundente en lo que parece ser una celebración del dramatismo. Comenzando con una aureola de grisácea solemnidad que parece querer esconder algo inquietante bajo una sutilmente densa superficie, no tarda mucho la armazón instrumental en mostrar sus aristas más enérgicas para así explayarse en una arquitectura sónica donde lo gótico y lo manierista se conjugan en un groove llamativo: en este sentido, se nos recuerda a las líneas de trabajo de las bandas compatriotas IL TEMPIO DELLE CLESSIDRE y LE PORTE NON APERTE, además de los refinados delirios teatrales de unos LA COSCIENZA DI ZENO. Las alternancias entre poderosos pasajes pesados y otros repletos de preciosismo sinfónico tienen lugar en una ilación muy pulcra.

Bajo el título de ‘Time Of Stardust’ yace un instrumental sereno y cálido, no ajeno al influjo del estándar clásico de GENESIS, tras el cual emerge ‘Slow’, canción que empieza recogiendo el impacto de las vibraciones intimistas de la pieza precedente para ahondar en ellas con una mirada introspectiva. Cuando llega el momento del interludio instrumental, la banda gesta una intensidad rockera que se halla bien situada dentro del estándar del rock pesado clásico, pero estilizada con matices inconfundiblemente sinfónicos; además, todo este bloque sonoro viene ingeniosamente enriquecido con grooves jazz-rockeros que ayudan a aportar recursos de sutileza mágica en medio del frenesí rockero predominante. Para la elaboración del último pasaje, la banda vuelve a las sensaciones intimistas del inicio pero de una forma distinta, mostrando un grosor lo suficientemente robusto como para sustentar los resabios del interludio que no tardan en resurgir para una miniatura cerca del final. Cierra el disco ‘Ninna Nanna’, cuyas atmósferas eclécticas recogen algunas lecciones de ‘Slow’ mientras retoma modalidades de robusto lirismo que ya apreciamos anteriormente en la canción homónima así como en ‘Eclipse Alunaire’. Queda claro que el rol de ‘Ninna Nanna’ no consiste solo en completar el repertorio con una aureola de exquisitez musical, sino también de brindar una síntesis final de las atmósferas más predominantes en el repertorio precedente. Todo esto fue “Babylon”, un disco exquisito e intenso que confirma a VIII STRADA como una presencia muy relevante en la valoración de la escena progresiva italiana contemporánea.

Calificación: 8/10


- Muestras de 'Babylon':


firma cesar inca mendoza

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