Crítica del disco de Alarmist - 'Sequesterer' (2019)

Secuestro mental con el arte musical

Alarmist - 'Sequesterer' (2019)
(22 de enero de 2019, DK Records)

Alarmist - Sequesterer

Hoy prestamos nuestra mente y nuestros oídos al grupo ALARMIST, un trío irlandés conformado por Neil Crowley [batería], Elis Czerniak [guitarras y sintetizadores] y Barry O’Halpin [guitarras y sintetizadores]. Este ensamble asentado en Dublín cultiva un híbrido de jazz-prog, post-rock y math-rock con un talante intensamente contemporáneo que absorbe liberalmente aires de familia con el nu-jazz, la electrónica, el avant-prog y el krautrock. Esto es lo que nos cabe esperar de “Sequesterer”, su fabuloso segundo álbum publicado en el pasado mes de julio. El grupo comenzó como un cuarteto con dos bateristas, y con este formato registró dos EPs (el debut homónimo es uno de ellos y data de agosto del 2011), además del disco de larga duración de fines del año 2015 “Popular Demain”. Con el arribo de “Sequesterer”, los ALARMIST no solo refuerzan su peculiarmente eclecticismo musical sino que también se afianzan operativamente como trío. Se nota que el grupo se siente muy cómodo así, trabajando con intervenciones del bajo por medio de procesos electrónicos y labores de sintetizador, dejando que las florituras de guitarra alternadas entre Czerniak y O’Halpin emerjan volátil y coloridamente en medio de las abundantes vibraciones sonoras que emergen de la enérgica labor de la batería y las múltiples expansiones de los teclados. Crowley no es el baterista original del grupo (entró en el año 2014) pero se ha erigido rápidamente como la columna vertebral en torno a la cual se arma el entramado sonoro triádico de ALARMIST. Bueno, veamos ahora los detalles de este disco que tenemos ahora en nuestras manos.

Los primeros 7 ¾ minutos del repertorio están ocupados por ‘District Of Baddies’, una pieza inundada de prestancia y fulgor a través de una extravagante secuencia de motivos que van desde un math-rock cibernético a lo BATTLES hasta un jazz-rock contemporáneo a lo TAUK, mientras entran a tallar algunos recursos psicodélicos a lo largo del camino que nos remiten a JAGA JAZZIST. Estos recursos psicodélicos proceden de una parafernalia sintetizada instauran una vibrante vivacidad cósmica al asunto en muchos pasajes, mientras que la batería hace gala de su contundente vitalidad en los momentos más agresivos. En algún momento emerge un misterioso solo de guitarra al estilo Frithiano: es muy breve pero deja un fuerte impacto en el desarrollo temático. Una excelente manera de comenzar un álbum cuando la pieza de apertura ostenta una magnificencia tan particular. A continuación, sigue la dupla de ‘Boyfriend In The Sky’ y ‘Lactic Tang’, la cual permite al ensamble seguir elaborando y desarrollando sus impulsos eclécticos. ‘Boyfriend In The Sky’ se encarga de exponer una espiritualidad más sobria aunque igual de compleja que la que trazó la ingeniería del tema de apertura. Aquí hay un groove un poco más sosegado, un manejo menos chocante de la parafernalia electrónica y un refinamiento más explícito en la elaboración del complejo esquema rítmico: respecto a este último factor, nos recuerda al FRANK ZAPPA de los tiempos de “Jazz From Hell”. Por su parte, ‘Lactic Tang’ reitera el bloque sonoro precedente solo como ropaje formal bajo el cual late una efectiva mezcla de aires de la tradición del jazz-fusion y avant-prog. Aunque se nota a leguas que hay en estas exploraciones sonoras un espíritu abiertamente aventurero, el desarrollo temático en sí se siente cálido y acogedor. Es como una aventura musical emprendida por los CHROME HOOF con una partitura perdida de los WEATHER REPORT de fines de los 70s bajo la guía de los HENRY COW en la época de su último álbum. Llegado el turno de ‘Life In Half Time’, el grupo se dispone a explorar su faceta más reposada con el empleo de un swing lento a fin de generar, desde allí, un motif sutil y sereno.Ahora el grupo estrecha lazos de parentesco con los GOGO PENGUIN. Hay mucho encanto en la magia evocadora que emana de la muy sencilla estructura melódica, por lo que no nos hubiese molestado que durarar un poco más de los 4 ½ minutos que el trío le otorgó.

La miniatura de menos de minuto y medio ‘Helical’ consiste en una serie de ondulaciones cibernéticas de sintetizador que no habrían estado fuera de lugar en un disco de KRAFTWERK pre-“Trans-Europe Express” o en el tercer álbum de CLUSTER. En todo caso, su función es la de expandirse por un rato hasta aterrizar en la breve secuencia cibernética que abre las puertas para la instauración del cuerpo central de ‘Expert Hygiene’, otro cénit del álbum. Su estrategia es la de combinar la intensidad extravagante del primer tema con el misterio señorial del segundo. Desde lo primero, el grupo se pone a crear una atmósfera razonablemente intrincada con un espíritu abiertamente jovial; desde lo segundo, el entramado instrumental abre espacios para bellos solos de guitarra y envolventes ornamentos y cortinas de sintetizador. La tríada de ‘Kalite Quest’, ‘Bronntanasaurus’ y ‘Nvymr’ ocupa los últimos 13 ¾ minutos del álbum. ‘Kalite Quest’ es una pieza juguetona que se centra mayormente en el discurso del jazz-rock con impulsos electrónicos, haciendo gala también de complejas arquitecturas rítmicas y desafiantes variaciones temáticas propias de lo progresivo. Algunos ornamentos de sintetizador hacen gala de una imitación “robótica” de aureolas caribeñas, lo cual realza la dinámica fiestera de la pieza. ‘Bronntanasaurus’ encarna otro punto culminante del repertorio con su excelsa muestra de soltura en su ingeniería rítmica a través de la alternancia de pasajes relativamente etéreos con otros más explícitamente densos. Los sintetizadores ocupan espacios dadivosamente, ya sea flotando en el aire para dejar diáfanos campos a la expansión de destellos de atardecer, ya asentándose en tierra firme para explayarse en sonoridades un poco más graves y robustas. Hay algo de la influencia de TORTOISE en los pasajes más otoñales, mientras que las confluencias con JAGA JAZZIST y la faceta más vanguardista de unos RADIOHEAD se pueden rastrear en aquellos otros más robustos. La permanente actitud de soltura de parte de la batería permite al intrincado desarrollo temático empaparse de aire fresco mientras la pieza completa sus 6 ¾ minutos de duración (la segunda más larga del disco tras ‘District Of Baddies’, que duró 7 ¾ minutos). Con el impronunciable título de ‘Nvymr’ concluye el disco, y lo hace con una disposición crepuscular, la cual se sostiene sobre el bien perfilado diálogo entre las dos guitarras, las cuales hacen que sus escalas se hermanen en un maraña etérea. Los ornamentos de platillos y de sintetizador que emergen ulteriormente gestan una coda de latente estado suntuoso, aunque nunca llega a lo fastuoso, pues todo queda obedientemente proyectado hacia lo crepuscular. Muy bonito fin para un disco excelso y sumamente llamativo.

Todo esto fue “Sequesterer”, una deliciosa aventura melómana perpetrada por el colectivo de ALARMIST para capturar las mentes de los oyentes receptivos y llevarlas a un mundo de nuevas sensaciones e impresiones dentro del rock ecléctico y experimental. La idea de gestar la mezcla de jazz-rock, math-rock, post-rock y electrónica dentro de un esquema progresivo ágilmente ecléctico es llevada por este portentoso trío a niveles de grandeza estratosférica; la verdad que “Sequesterer” es un disco muy recomendable.

- Muestras de 'Sequesterer':


cesar inca mendoza

  • Más críticas del autor en:

Autopoietican: autopoietican.blogspot.com