Crítica del disco de Cheeto's Magazine - 'Amazingous' (2019)

Nueva muestra de jocosa excelencia

Cheeto's Magazine - 'Amazingous' (2019)
(15 febrero 2019, Autoproducido)

Chetoos Magazine - Amazingous

Hoy tenemos el agrado de presentar el nuevo disco de la banda española CHEETO'S MAGAZINE, el cual se titula “Amazingous” y fue publicado a mediados del pasado mes de febrero con la seria amenaza de convertirse en uno de los ítems más espléndidos de la escena progresiva de la Península Ibérica para el presente año 2019. Se trata de su tercer ítem tras “Boiling Fowls” (2014) y “Tasty Old Snacks” (2017). Este vigoroso y caleidoscópico grupo radicado en Barcelona vuelve a la carga con la alineación de Esteban Navarro [voz y teclados], Matías Lizana [teclados], Manel Orella [guitarras y sitar], Alex Marqués [bajo] y Gerard Sala [batería]. El quinteto contó con las ocasionales colaboraciones del trompetista Pep Tarradas, el saxofonista Pau Vidal, el trombonista Albert Costa y la cantante Paula Ribó. Las sesiones de grabación del disco que ahora tenemos en nuestras manos fueron sucedidas por las consabidas sesiones de mezcla en los Abuelita Studios y de masterización en el local Impact Mastering. Como nota emotiva, “Amazingous” está dedicado a la memoria de Manel Orella Sr., y bueno, qué mejor homenaje musical se puede hacer a un ser querido que ya partió al más allá que concretar un disco tan magnífico como éste. Veamos ahora los detalles de su repertorio, ¿vale?

Durando casi 6 ¾ minutos, ‘Chili Guillermo’ abre el repertorio con un despliegue genuino de colorida expresividad encapsulada en un clima extrovertido y apoyada en una ingeniería rítmica bastante ágil, muy al estilo de los SPOCK’S BEARD y con bastantes guiños a lo que hicieron THE FLOWER KINGS a inicios del milenio así como al estándar neo-progresivo de unos IQ desde fines de los 90s. Las meticulosas y gráciles armonizaciones de la guitarra y el teclado en varios fraseos esenciales dentro del esquema melódico y las alternancias en sus respectivos solos conforman la base para la preservación del gancho en el desarrollo temático. Cuando a mitad de camino llega el turno para un momento de serenidad bajo la pauta del piano, el lirismo pasa a un plano más intimista, dejando así que las cosas se calmen hasta el arribo de una nueva sección alegre que incorpora ligeros matices jazz-rockeros en su groove; de este modo, se prepara el terreno para la retoma final del motif central. Tras este cautivador inicio del álbum sigue ‘Cheese Cheater’, canción un poco menos extensa que la precedente, y su enfoque central es el de activar un aumento en la energía expresiva, algo que el grupo maneja con el buen pulso de siempre. La inserción de trucos ceremoniosamente Zappianos en algunas partes cantadas y el armazón de importantes variantes rítmicas que retuercen al swing básico en algunos pasajes estratégicos ayudan bastante a reforzar la sensación de que estamos envueltos por un jolgorio progresivo marcado por una alegría de vivir de tenor surrealista. Esta canción tiene, a la vez, más gancho que la primera y un sentido más agudo de la aventura musical. He aquí un primer cénit decisivo del disco y lo mismo hallamos en ‘Outflow’, canción que se caracteriza por desarrollar una muy solventemente compleja ilación de centros temáticos dentro de un cuerpo musical organizadamente multiforme. Ya desde el punto de arranque tenemos un preludio hermoso y contundente. Como siempre, los referentes de SPOCK’S BEARD y THE FLOWER KINGS (y hasta podemos añadir a THIEVES’ KITCHEN) sirven de guía inspiradora para trazar el camino a lo largo de los cambios de atmósferas y ritmos que se van sucediendo. Como dijimos, se trata de un cénit que sucede a otro y que hace que el álbum se mantenga en una cúspide creativa por varios minutos.

‘Ready To Rumble’ comienza guiado hacia una mayor caña rockera al modo de una canción que bien pudieron hacer los KANSAS en los 80s pero con arreglos Yessianos en los teclados y unos coqueteos directos con el prog-metal melódico en lo referente a algunos arreglos rítmicos que entran a tallar por ahí. Todo cambian en el tercio final cuando emerge un solemne y señorial epílogo, algo que nos toma de sorpresa de una manera muy pero que muy agradable. La dupla de ‘Close Your Eyes’ y ‘Scum’ permite al grupo ampliar su paleta sonora, siendo así que la primera de estas canciones comienza con un prólogo en clave de balada bucólica para luego develar un cuerpo central ostentosamente más festivo, con un esquema rítmico muy metido en lo Motown con una dosis extra de actitud frenética. Lo celebratorio está allí para ser elaborado y ornamentado con un vitalismo grácil y resuelto, dándose una vez más la sorpresa final bajo la guisa de un aristocrático epílogo lento propio de la magnificencia de los GENESIS de su inolvidable época 72-77. Por su parte, el instrumental ‘Scum’ se enfila hacia un ejercicio de hibridización de jazz-pog y nu-jazz en su pasaje prologar para luego derivar hacia un muscular ejercicio de heavy prog donde convergen los mundos de EMERSON, LAKE & PALMER y DEEP PURPLE a través del filtro de KARMACANIC. Un puente signado por una atmósfera modernista de orientación electrónica abre la puerta a un segundo ejercicio de heavy prog que nos brinda un dinámico retoque del paradigma de DREAM THEATER pero con un tratamiento más comedido de los potenciales aspavientos en lo que se refiere a los sucesivos solos de teclado y de guitarra. Los dos últimos temas del disco son, respectivamente, el más breve y el más extenso del mismo: ‘A.W.K.W.A.R.D.’ dura poco menos de 4 minutos mientras que ‘Big Boy’ se extiende hasta los 25 minutos y pico. En el caso de ‘A.W.K.W.A.R.D.’ tenemos un nuevo ejercicio de revitalización del discurso de los SPOCK’S BEARD con matices burlescos y un manejo muy a lo neo de los teclados, mientras que los guitarreos siguen manteniendo una garra muy particular.

Cheeto's Magazine

Una vez que llega el turno de ‘Big Boy’, dadas su duración y su locación dentro del repertorio, parece obvio que su función es la de finiquitar el repertorio de “Amazingous” a lo grande y lo que parece es lo que, efectivamente, hay: una conclusión grandilocuente e imponente para un disco que ha marcado y edificado recovecos musicales muy estimulantes para el oyente. Pues bien, el primer despliegue de suntuosos encuadres instrumentales emerge tras el último runrún dadaísta de ‘A.W.K.W.A.R.D.’, por lo que se puede decir que ‘Big Boy’ comienza con la clara intención de motivar una espiritualidad alegre tras las traviesas perturbaciones en torno a las cuales se había focalizado la susodicha canción penúltima. Constando de cinco secciones que responden a los títulos autónomos de ‘Overture / Discovering’, ‘Time For Man’, ‘Surrender’, ‘Breakdown / Dying’ y ‘Brand New Life’, la suite ‘Big Boy’ se puede definir como una sistemática síntesis de los ambientes, desarrollos melódicos y vibraciones rítmicas que signaron a las tres primeras canciones del álbum. Alrededor de la línea de los 4 ¾ minutos, poco antes de cruzar la frontera del decimoprimer minuto y poco antes de llegar a la frontera del decimoquinto minuto, surgen los pasajes más relajados de la suite, los mismos que no se centran exclusivamente en sus respectivas ideas iniciales, sino que empujan la maquinaria sonora para que desde ellas se impulsen meticulosos y perspicaces rumbos melódicos. El pasaje instrumental entre 12:41 y 14:40 es excelso en su intensa magnificencia, y tampoco le va muy a la zaga ese otro que está entre 18:20 y 19:45. Son ejemplos concretos de la formidable claridad de ideas que los CHEETO’S MAGAZINE tienen sobre la musicalidad traviesa de índole progresiva. Todo esto fue “Amazingous”, un disco ameno y hermoso que vuelve a confirmar a CHEETO’S MAGAZINE como una personalidad fuerte y muy peculiar dentro del escenario actual del rock progresivo hecho en España. Ahora mismo nos animamos a confirmar que este disco nos parece el más logrado de este quinteto a la fecha, y de todas maneras, es un ítem muy recomendable en una fonoteca centrada en el género.

- Muestras de 'Amazingous':


cesar inca mendoza

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