Crítica del disco de Sylvan - 'One to Zero' (2021)

Esta banda alemana con varios años en la escena progresiva de su país llega con un álbum que se sostiene en la voz de Marco Glühmann y en la capacidad compositiva del grupo

Sylvan - 'One to Zero'
(28 mayo 2021, Gentle Art Of Music)

Sylvan - One to Zero

Sylvan es un grupo alemán con más de 20 años de recorrido dentro del mundo del rock progresivo, por lo que un lanzamiento suyo siempre dará que hablar o será capaz de atraer miradas de la escena musical progresiva.

Clasificados como neo-progresivo. Los alemanes tienen un sonido reconocible y particular que lo hace una banda elogiada en primera parte por la voz de uno de sus miembros más reconocidos, el vocalista, Marco Glühmann, quien llegó al grupo en 1995. Los otros integrantes son Volker Söhl en los teclados, Matthias Harder en la batería y Sebastian Harnack en el bajo. Además de los miembros permanentes, Jonathan Beck apoyó en la guitarra y Katja Flintsch en el violín. La mezcla fue realizada por los miembros de RPWL, Kalle Wallner y Yogi Lang.

'One to Zero' es su nuevo álbum el cual se convierte en el décimo de su carrera. Este es un álbum conceptual que cuenta la historia en primera persona de una Inteligencia Artificial. El nuevo disco de Sylvan abre con 'Bit By Bit'. Una introducción con mucho ritmo que evoca a música ambiental, pero sazonada con sonidos que recuerdan a robots y computadoras. Luego tenemos los hermosos teclados y la voz de Glühmann que luego suma a toda la banda y da paso a una sección instrumental dinámica y fluida que está bien lograda.

'Encoded At Heart' empieza con un piano de cola y la bella voz de Glühmann que solo es acompañado por el piano y la batería en un tema que te cautivará con el canto que propone el vocalista alemán y que cierra con un emotivo solo de guitarra.

En la tercera pista viene 'Start Of Your Life' que empieza con una guitarra sumamente ochentera con un batería fuerte y vigorosa con un ritmo repetitivo pero efectivo. No es lo mejor de 'One to Zero' pero no arruina ni mancha lo antes escuchado.

'Unleashed Power' también comienza con un piano, pero más intrusiva y emocional. Es más melancólica que 'Encoded At Heart' y las guitarras que acompañan en la cuarta composición son más limpias, menos cargadas de efectos. No solo eso, además hay una sensación más cálida y pero también triste que transmite la canción.

Cerramos la primera mitad de placa con 'Trust In Yourself', la que se nos introduce con un sintetizador que emula unas trompetas muy suaves y que acompañan la voz de Glühmann. Luego de unos segundos, las guitarras aparecen de golpe muy agresivas. El coro es fabuloso con el violín de Katja Flintsch y los demás miembros creando una placa auditiva sólida.

En la segunda mitad del álbum nos recibe 'On My Odyssey' una canción muy épica con una guitarra que por primera vez toma protagonismo siendo muy colorida. No solo eso hay que destacar, también los violines y el bajo construyen una dupla sumamente efectiva. El piano y los sintetizadores no son meros comparsas, todos tienen sus momentos y sus espacios para llenar la melodía. Todo funciona, nada queda fuera de lugar, es una canción perfecta.

Un piano muy dramático nos recibe en la séptima pista titulada, 'Part of Me', la cual sigue en ese tono triste sumando a las cuerdas y las voces. No solo es, tenemos una batería que aparece después, sumamente sólida con líneas de bajo que le dan equilibrio a la composición. La canción luego pasa de la pena a la desesperación que oye en la canción y el canto de Glühmann.

'Worlds Apart' es un tema que se construye desde la voz, con una instrumentación que embellece la canción. Nuevamente tenemos esa dualidad triste y desesperada.

La penúltima composición, 'Go Viral' tiene una sonoridad electrónica y metalera, con ciertos resabios de Muse con un teclado y una guitarra que llenan los espacios en un tema dinámico y que contiene una sección instrumental sumamente metalera, que está bien construida que suma dos solos, uno de piano y otro de guitarra que da pie al cierre.

El cierre del álbum, 'Not a Goodbye', empieza en el mismo ritmo que los dos temas anteriores, sin embargo es la guitarra la que asume el papel principal. En una atmosfera cautivante y una construcción de una composición que va paso a paso, que suma al piano, la guitarra, el bajo y la batería. No es extraordinario, no tendremos grandes e intrincados pasajes instrumentales. Pero hay esfuerzo en que todo suene original, fresco y que no suene repetitivamente. Un tema que dura 10 minutos, pero que se hace corto.

Sylvan no creó un álbum que te vuele la mente, no es ese rock progresivo lleno de capas, arreglos, solos, momentos de talento individual o grupal, pero conquista. Esto gracias a la propuesta compositiva y emocional que transmite desde alegría, pena, dramatismo e incluso desesperación. Todo esto se logra principalmente en la voz de Marco Glühmann quien es el gran protagonista de este disco. Pero el grupo alemán no se lleva un perfecto o la máxima nota, incluso pasan con la nota mínima, aquí no está Genesis, Pink Floyd o King Crimson y eso se nota.


luis sanchez herrera Luis Sánchez Herrera (Twitter: @tunelprogresivo)
Periodista. Colaborador de Rock-progresivo.com
Todas las reseñas de Luis Sánchez Herrera>>