Crónica del concierto de El Hombre Astral en Madrid

 Crónica del concierto de El Hombre Astral en Madrid
Fecha: 4/3/2010
Sala Ritmo y Compás

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Crónica del concierto de El Hombre Astral en Madrid
Fecha: 4/3/2010

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Renacer Electrico (Texto: Sergio Guillén / Fotografías: África Paredes - www.renacerelectrico.com )

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 Presentación en la sala Ritmo y Compás del segundo larga duración de la que ya es banda revelación del Art Rock nacional. El Hombre Astral, tan abiertos de miras como versátiles frente a sus instrumentos, se acercan a Madrid con el propósito de hacer afición y desgranar su CD 'Tierra'. Para complementar la jugada cierran un cartel en el que hallar otro par de caras diferentes en esto de la experimentación en el Rock. Primero The Rare Sound Machine, combo de los que fracturan los tempos base y se llegan a acercar al recuerdo de unos Malice In Wonderland revitalizados. En segundo lugar Biosfear, formación ya catalogada dentro del Metal progresivo con vocal femenina que ofrece unas vías de expresión parejas a nombres reconocidos cual Dream Theater, aunque con su toque personal y hasta, en ocasiones, más desgarrado o teatral en sus formas.

El Hombre Astral abrió con la lógica creación que inaugura su nuevo trabajo, una ácida “Bienvenida” que pillaba a la parroquia con el pie cambiado por haberse rendido sin concesiones a los embistes finales de Biosfear. Aun así, el cuarteto la arremetió con ganas y redondearon sin problemas una de esas canciones que quedan en el recuerdo del comprador cuando transita por el redondo “Tierra”. “Suerte”, cuyo estribillo pocos minutos antes servía para bascular los micrófonos en las pruebas de sonido, ahora aparecía completa, escogida con gusto para enlazarse con la temática de la apertura. Y de ahí a entremezclarse temas recién salidos del horno con otros de su disco compacto “Involución”, por lo que se enfrentaron piezas como la citada que titulaba su disco debut, “Hipocondría Razonable”, “Reina De La Casa” o “Ya Soy Un Señor” –en las dos últimas marcadas con César haciendo de perfecto cicerone que adentra al público en sus coros antes de iniciar cada ejecución total–.

Con coherencia para un grupo cual muestra a una audiencia que en su mayoría puede que les desconozca, El Hombre Astral reinventa canciones de artistas asentados con el serio propósito de convertirlas en hijas de su juego. Una de ellas, “Querida Milagros” de El Último De La Fila, ya la incluyeron en aquel “Involución”; el resto funcionó convirtiendo en instrumental experimentación el “Kashmir” de Led Zeppelin, atacando sin teclados un “Hocus Pocus” con el que Focus se ganaron sus buenas medallas en los años setenta o la curiosa reafirmación de un mito como lo fue, ha sido y será el “Starman” de David Bowie. David de la Plaza, Mick Ronson habría estado orgulloso. Los asistentes ya habían entrado en calor a mitad de la actuación, dejando claro a los postres que el cuadrilátero conformado por estos instrumentistas tiene las puertas abiertas para los restos.

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