Crónica del concierto de Rogers Waters en Barcelona (14 abril 2018)

US, ROGER & THEM

Crónica y fotos: Jordi Adell

“Cualquier tonto sabe que un perro necesita un hogar, un refugio contra los cerdos voladores”, escribía Rogers Waters para finalizar el álbum 'Animals' de Pink Floyd hace 40 años. No se trataba de una revelación psicodélica, sino de su propia conclusión acerca de la revolución animalista que se relataba en el libro 'Rebelión en la granja' de George Orwell, fabulosa alegoría sociopolítica de permanente actualidad. Los cerdos lideraban aquel asalto al orden establecido por los humanos dando vigencia a nuevas reglas de convivencia que acabaron por resumirse en una sola: 'Todos los animales son iguales, aunque algunos animales son más iguales que otros'.

Cerdos déspotas que gobiernan el mundo, perros intimidadores y ovejas que siguen de forma gregaria a sus líderes. Pese a su mensaje universal, Animals viene a ser el patito feo de la discografía de los Floyd. La facción de la banda liderada por David Gilmour lo ha obviado reiteradamente en sus actuaciones en directo e incluso fue ignorado al publicarse las ediciones ‘Immersion’ por parte de la discográfica EMI, pero los seguidores progresivos lo seguimos apreciando. Recientemente una encuesta de la revista británica Prog situaba al tema Dogs en el número 28 del ranking de 100 mejores canciones progresivas de todos los tiempos, por debajo de Shine On You Crazy Diamond, Echoes y Comfortably Numb, pero superando a Time, Atom Heart Mother y Wish You Were Here. Además, dentro del ámbito de las rarezas, está muy valorada entre los fans la versión extendida de Pigs On The Wing con Snowy White a la guitarra que se grabó en el cartucho de ocho pistas después de que Waters hubiera eliminado la pista interpretada por Gilmour.

Para escuchar Animals en directo no nos queda otra que asistir a algún concierto de Roger Waters. Su actual gira, Us + Them Tour, es un alegato contra la inhumanidad de la humanidad y aquel icónico disco del cerdo volando sobre la inactiva central térmica londinense de Battersea en su portada no es de los que iban a pasar desapercibidos durante el show.

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Con un retraso de 15 minutos dio comienzo el espectáculo. Una imagen casi fija de una chica vuelta de espaldas y contemplando un paisaje marítimo proyectada sobre una enorme pantalla rectangular tras el escenario nos había mantenido entretenidos durante la espera. Los técnicos se encargaron también de ir acompañando sonidos y voces para crear ambiente, así como de ir bajando progresivamente la iluminación del recinto conforme se acercaba la hora de inicio. Llegado el momento, asistimos a una espectacular puesta de sol -¿o fue quizás un eclipse?- sobre el paisaje proyectado, que se fue complementando con el audio de Speak To Me para hacernos contener la respiración.

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Las notas de Breathe comenzaron entonces a sonar para delicia de todos mientras sobre la pantalla cinematográfica se proyectaban impactantes imágenes de gran colorido que parecían simular nebulosas y constelaciones, entre las que destacaba un esférico cuerpo celeste. Nadie pareció echar en falta la clásica pantalla circular de los Floyd.

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Tras los temas introductorios de The Dark Side Of The Moon continuó, sin ningún tipo de pausa, el frenético ritmo del corte instrumental One Of These Days, momento en el que descubrimos las habilidades a la steel guitar de Jon Carin, un viejo conocido del universo Floyd. Pero si se trata de mencionar habilidades, no deberíamos pasar por alto la ejecución al bajo de Roger Waters en el mágico instante que sigue a los relojes cuadrafónicos que introducen la canción Time. Por otro lado, el dúo vocal femenino Lucius (integrado por Laessig y Jess Wolfe) tuvo su momento estelar durante The Great Gig In The Sky. Nunca mejor dicho, puesto que la imagen de ambas se mostró en la pantalla rodeada de un mar de estrellas.

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La maquinaria de Welcome To The Machine dio paso a tres temas pertenecientes a Is This The Life We Really Want?, el más reciente trabajo del artista. Ningún otro guiño a sus otros discos en solitario. Particularmente me hubiera gustado escuchar algún tema de Radio KAOS (no presentado en directo por nuestros lares ni en su momento ni en giras posteriores), por poca relación que pudiera mantener este álbum con la temática del tour actual, principalmente porque las nuevas composiciones no dejan de ser musicalmente un déjà vu watersiano.

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A un Wish You Were Here con las acústicas de Roger Waters y Dave Kilminster le siguió una poderosa secuencia de canciones de The Wall en la que no podía faltar la segunda parte de Another Brick In The Wall, que fue enlazada de forma brillante con la tercera parte del tema para dar fin con contundencia al primer set del espectáculo.

El antiguo líder de Pink Floyd se dirigió entonces por primera vez a la audiencia para anunciar un receso de 20 minutos, tras los cuales asistimos a lo más granado del espectáculo: la construcción virtual sobre la audiencia de platea de una central térmica a imagen y semejanza de la existente en Battersea junto al Támesis.

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Era el majestuoso momento de Dogs, que fue precedido por un aviso de sirenas por el sistema cuadrafónico y que contó en su pasaje instrumental central con una teatralización por parte de Roger y otros músicos en la que éstos se caracterizaban con caretas de cerdo mientras brindaban con champagne, de un modo similar a lo que hicieron durante la gira In The Flesh de 2002. Tras la conclusión del tema, el gruñido cuadrafónico de un cerdo nos introdujo sin más dilación en otro plato fuerte de la velada: Pigs. Aunque la letra de la canción describe tres tipos diferentes de suidos, las proyecciones sobre la pantalla y los laterales de la central térmica virtual se centraron en caricaturizar al embajador mundial de todos ellos, el señor Donald Trump.

El esperado cerdo hinchable de los Pink Floyd hizo aparición en la sección instrumental del tema a modo de hucha del Banco Porcino de la Guerra, bordeando en su vuelo el perímetro de la central térmica desde un lado a otro del escenario. Como colofón a la canción se proyectaron varias frases estúpidas en inglés pronunciadas por Trump, del tipo “la buena gente no entra en el gobierno”, para acabar con un tajante mensaje en perfecto castellano: “Trump eres un gilipollas”.

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La réplica de la Battersea Power Station se vino abajo al dar comienzo la canción Money, quedando al descubierto los paneles que la habían conformado. Éstos no se retiraron sino que en adelante sirvieron para complementar las proyecciones de la pantalla principal y dotar de mayor plasticidad al espectáculo, al tener éstos capacidad de movimiento vertical. No es de extrañar que esta producción escénica fuera nominada el año pasado a los premios Pollstar en la categoría de show más creativo.

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Y llegó el turno de Us And Them, el leitmotif de la gira. La letra de la canción ahonda en la absurda costumbre de dividir y enfrentar colectividades que propician algunos dirigentes políticos. El tan populista “nosotros somos de una manera y ellos de otra” choca frontalmente con el propósito que persigue Waters con este tour: unir a todas las personas dejando las posibles diferencias de lado.

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La temática antibélica continuó con Smell The Roses (de su último disco) para luego retomar la senda del álbum The Dark Side Of The Moon por Brain Damage. Durante su ejecución una enorme esfera a modo de satélite iría orbitando por el auditorio, pero el derroche visual llegaría en Eclipse, al aparecer sobre el escenario un gigantesco prisma refractando luz en diferentes colores. Memorable.

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El público aplaudió a rabiar al acabar este segundo set y un Roger Waters emocionado soltó una breve perorata antes de presentar a su banda: “Que el sentimiento que tenemos esta noche en esta sala se propague a todos los políticos del mundo. Debemos preservar nuestro pequeño, frágil y bonito planeta para nuestros hijos y nietos”. Y antes de abordar el tema Mother recordó los últimos bombardeos en Siria advirtiendo: “Los cretinos que lideran los Estados Unidos de América, el Reino Unido y la República de Francia han empleado las últimas 24 horas en poner un palo en el ojo de Rusia”. Waters en estado puro. El ‘mother do you think they’ll drop the bomb’ iba a cobrar otra dimensión.

Comfortably Numb marcó el final del show, con un despliegue lumínico en la ejecución de su solo de guitarra muy similar al que realizó David Gilmour en su última gira. La similitud fue captada solamente por nuestros ojos, ya que nuestros oídos echaron mucho de menos al ‘slowhand’ del progresivo. Y es que las voces y las guitarras no son siempre iguales: las hay más iguales que otras.

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Setlist:

[Speak To Me] / Breathe / One Of These Days / Time / Breathe (Reprise) / The Great Gig In The Sky / Welcome To The Machine / Déjà Vu / The Last Refugee / Picture That / Wish You Were Here / The Happiest Days Of Our Lives / Another Brick In The Wall Part 2 / Another Brick In The Wall Part 3

Dogs / Pigs (Three Different Ones) / Money / Us And Them / Smell The Roses / Brain Damage / Eclipse

Mother / Comfortably Numb

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ROGER WATERS : Us + Them Tour 2018

(Barcelona, Palau Sant Jordi 14/4/18)


Jordi Adell
Abril 2018
Más textos de este autor, en su blog 'Musical Boxed'