Crónica del festival de Night Of The Prog (Loreley) 2012

Un año mas hemos tenido la suerte de poder asistir al maravilloso Festival de Loreley, y decimos maravilloso no sólo por la música que pudimos disfrutar, si no también, como ya os hemos contado otras veces, por este espectacular lugar; la ribera del río Rin, los pintorescos pueblos, castillos, etc. Y por supuesto, el ambientazo y buen rollito que allí se respira. Pero como la música es lo que nos concierne, aquí vamos a relataros lo vivido…

Hasse Fröberg , Sylvan, Spock's Beard, Lazuli, Frequency Drift

por David Pintos

Hasse Fröberg and The Musical Companion

Abrir un festival es una ardua tarea en la que te toca la peor parte: poco público, el ambiente todavía frío, la gente distante y un calor y sol de justicia que no ayuda a trasmitir lo que una banda desea. No obstante, ya son dos años en los que la primera banda te deja un sabor muy agradable y te pone a tono para lo que sigue. Si el año pasado el grupo alemán Martigan nos daba el subidón necesario, este año Hasse Fröberg y sus chicos de Musical Companion nos abrían el apetito musical con una buena actuación.

El material de sus dos discos ´Powerplay´ y ´Future Past´ que sonaba, denotaba un claro rock progresivo con tintes AOR, donde predominan unas buenas voces y de sus arreglos suaves salieron algunos momentos puntuales de gran calidad. El mejor tema fue sin duda ’Peace Of The Sky´, un temazo de quince minutos que podéis encontrar en su primer disco ´Future Past´. Como nota curiosa el timbre de voz del también vocalista de The Flower Kings me recordaba mucho a la voz de Sting.

Sylvan

La actuación de Sylvan fue sencillamente una experiencia maravillosa. Sin duda la mejor actuación del festival bajo mi punto de vista y el de muchos de los asistentes si no contamos a Steve Hackett. El set list se centró en el último disco ´Sceneries´, pero también sonaron joyas del ´Posthumous Silence´ como la mencionada que da título al otro gran álbum de esta banda germana.

Realmente esta banda es de las que te llegan, pero además su actuación en directo termina convirtiéndote en un fan de por vida. Demostraron varias cosas: que son unos auténticos profesionales, que tienen un alto grado de sensibilidad, que suenan de auténtico lujo, y que Marco Glühmann es uno de los mejores cantantes de este género. Si además el grueso del repertorio gira en torno a ´Sceneries´, significa que estas ante un momento mágico, capaz de trasportarte por un instante a cualquier pasaje evocador de tu vida.

Es increíble que esta gente no esté al mismo nivel que grandes artistas del progresivo actual en lo que a popularidad se refiere, porque en cuanto a capacidad de trasmitir, emocionar y hacerte disfrutar con la música, son sencillamente de lo mejor que existe hoy en día. Claro que esto es una opinión personal, pero también es cierto que ha sido compartida por todos los que allí asistimos y otras personas con las que nos relacionamos.

Spock's Beard

Muy buena actuación de los californianos en Loreley, que sorprendió a buena parte de los asistentes a pesar de que la ausencia de Nick D´Virgilio no es ni de lejos suplantada por Ted Leonard, que ni tiene pizca de gracia, ni es un front-man, ni canta gran cosa.

Conscientes de ello, asumieron el rol de líderes Alan Morse y Ryo Okumoto, con un impresionante Ryo (Ryo is Rock n’ Roll!!!) y un lamentable Alan. Lo explico: Ryo, que como ya sabéis siempre esta muy cerca del público, encandiló a este con su buen hacer como músico y con su simpatía. Además nos ofreció una acrobacia increíble en la que de un salto hacia atrás puso sus pies encima del piano y con el cuerpo arqueado empezó a tocar el teclado de enfrente con gran habilidad. Dicha proeza casi desgracia otro sintetizador apoyado sobre el piano Yamaha P200, pero poco le importó.

En el caso de Alan Morse la cosa es distinta, ya que se pasó buena parte del concierto haciendo tonterías en plan poses de guitar hero que por otra parte no es. Su postura favorita era coger la guitarra y colocarla en vertical, encima de su cabeza o como fuera con tal de centrar la atención que el cantante principal no conseguía.

Pero musicalmente nos ofrecieron un buen repaso a su discografía más reciente, entre las que destacó una joya que para mi fue uno de los momentos mágicos del festival, la interpretación de la grandiosa ´The Light´.

Lazuli

La banda francesa como ya es habitual nos ofreció un directo de gran calidad de sonido, donde sus ritmos y melodías levantaron al público en repetidas ocasiones. La increíble voz de Dominique Leonetti, el virtuosismo en la guitarra de Gédéric Byar y el asombroso sonido del leode de Claude Leonetti, así como el ritmo impuesto por Romain Thorel y Vincent Barnavol dotan a este grupo de un sonido muy personal que te hace vibrar y disfrutar en todo momento.

Por segunda vez en Loreley la banda consiguió conectar con el público de una manera especial, algo que suele ser ya habitual en los conciertos de la banda según palabras del propio Gédéric, público que disfrutamos de lo lindo con la actuación, la interacción y el ya tradicional show final con el vibráfono.

Cómo suele suceder en sus actuaciones, se repasa lo mejor de sus cuatro discos sin olvidarse de clásicos como ´Casiope´ o ´Laisse Courir´. Cabe destacar el hermoso solo de piano de Romain Thorel por el gusto con el que fue ejecutado y porque estuvo a la altura del alto nivel de teclistas que pasaron por el festival.

Frequency Drift

La banda alemana Frequency Drift era una de nuestras grandes expectaciones, después de escuchar el impecable trabajo realizado en su tercer álbum titulado ´Ghosts´ y su reciente ´Laid To Rest´. Pero la impecable voz de sus discos fue sustituida para la ocasión por una joven cantante sin demasiado talento, patosa en el escenario y con peores problemas de entonación y afinación. Una lamentable situación que estropeo el buen hacer de esta banda con muy buenas ideas y excelente sonido. Aunque tanto el sonido como el planteamiento musical de esta banda son muy buenos, la puesta en escena carece de la chispa que un directo caracteriza a las buenas bandas. Muchas veces la falta de un liderazgo por parte de uno o varios de los componentes hace que en directo un grupo pierda varios enteros y este es un buen ejemplo. A pesar de todo, recomiendo la escucha de sus discos.

Enochian Theory, Arena, Haken, Katatonia

Por Engelbert Rodríguez

Enochian Theory

Enochian Theory tenían una oportunidad de oro en el Festival de Loreley para sumar más adeptos a su creciente base de fans, sin embargo, aún ante un potente inicio su actuación poco a poco se fue desvaneciendo… Se notaron bastante tensos y fríos en el escenario, y en algunos momentos llegaron a cometer algunos pequeños errores de ejecución, pero la cosa es que realmente los ingleses son una banda para ver en una sala y no a la luz del día, dada su intimista propuesta musical y sus existencialistas letras.

Puede que algo tuviera que ver los problemas de sonido que tuvieron al principio, prolongándose durante varios temas en el caso de la batería.

El repertorio estuvo basado totalmente en sus dos últimos (y más maduros) trabajos, ‘Evolution Creatio Ex Nihilio’, del 2009 y el más reciente ‘Life... And All It Entails’, del 2012, intercalando temas de ambos durante su actuación, teniendo momentos especialmente brillantes como ‘Distances’ o ‘The Fire Around The Lotus’, así como otros de esos que tocan la fibra, con ‘At Great Odds With ...’

No tuvieron quizá mucha suerte esta vez, pero los Enochian lo que sí que demostraron es que son una banda a tener en cuenta, ya que han venido a darle un poco de aire fresco al llamado “Metal Prog”, saturado ya de grupos que sólo hacen imitar a bandas como Opeth o Dream Theater. Su música, aunque con muchos tintes metaleros y alguna que otra voz gutural, es a la vez emotiva, atmosférica, grandilocuente a veces, y melancólica otras tantas. No hay que perderles de vista…

Arena

Se nota que Arena llevan ya varios meses en la carretera presentando su más reciente trabajo ‘The Seventh Degree of Separation’, y también que estaban dispuestos a pegar fuerte en este gran festival, ya que se notaban eufóricos, muy animados y hasta emocionados.

Con el grito de “Can Anybody Hear Me?” de ‘The Great Escape’, tema que abre su más reciente obra dieron asalto recordando al respetable que “Arena está de vuelta y mejor que nunca”. Y vaya que lo están, cómo se nota la bocanada de aire fresco que ha significado el nuevo cantante Paul Manzi, no sólo por su gran voz, sino también por su presencia en el escenario y la manera como animaba al público y a la propia banda, ¡eso es un frontman! Y lo demás son tonterías…

Para seguir calentando el ambiente siguieron con ‘A Crack in the Ice’, con un Mick Pointer aporreando su batería como nunca y un John Jowitt que no paraba de moverse y dar botes por todo el escenario, hasta “bailando” incluso…

Aunque con algunos problemas de sonido que luego se fueron subsanando nos brindaron seguidamente ‘Don’t Forget to Breathe’, con un Paul Manzi exultante y bastante cómodo con los temas antiguos. John Mitchell nos demostró nuevamente que es más que eficiente a las seis cuerdas y que sin ser un gran virtuoso sabe como conmover y a la vez “rockear” como no lo hace con su “otra” banda (ya sabéis cuál...), Y por supuesto, el gran maestro Clive Molan, impecable en sus teclados (aunque con mucho volumen en algunos momentos) y demostrando el porqué es el alma creativa de esta banda.

Arena se sienten bastante orgullosos de su última obra, de la cuál cayeron varios temas más, desde la emotiva ‘What If’, ‘Thief of Souls’, la potente ‘Rapture’, la fantástica ‘Burning Down’, ‘Echoes of the Fall’ y la épica y sublime ‘The Thinder Box’.

También de sus temas antiguos interpretarían temas como ‘Bedlam Fayre’ y la espectacular y emotiva ‘Ascension’ como momento culminante de una noche inolvidable y en la que a todos se nos puso la piel de gallina…

Arena triunfaron una vez más en Loreley y demostraron que son grandes, ¡muy grandes!

Haken

Después de haber triunfado en la pasada edición de este mismo festival, Haken vinieron dispuestos a demostrar que se merecían estar aquí nuevamente y que han dejado de ser una “promesa” para convertirse en una de las bandas más excitantes de la actualidad. Y dispuestos a no repetirse a sí mismos tomaron la arriesgada (y acertada) decisión de tocar al completo su segundo y más reciente álbum ‘Visions’, para muchos considerado ya una obra maestra contemporánea.

Aquellos que tuvimos la oportunidad de verles en el 2011 hemos podido notar la madurez de los ingleses como ejecutantes y así mismo se les vio más sueltos, activos, y seguros de sí mismos. Ron Jennings, aunque a algunos no les agrade su timbre de voz, además de moverse más por el escenario y animar a la peña, nos mostró un mejor dominio vocal y una versatilidad que le permitió llegar a un rango mayor de registros, cosa que exigen muchos de los temas de ‘Visions’.

Raymond Hearne estuvo contundente y preciso a las baquetas, teniendo como perfecta contraparte rítmica a Thomas McLean al bajo (de 6 cuerdas, que no cuatro). Igualmente muy efectivo Charles Griffiths a las (otras) 6 cuerdas, siendo la parte más “cañera” del combo, por algo es guitarrista también de los death metaleros Anchorhead.

El mejicano Diego Tejeida no tiene nada que envidiar a otros tecladistas, demostrando creatividad, diversión, efectividad y originalidad, saltando entre pasajes jazzísticos, otros muy sinfónicos, y luego momentos más ambientales (e incluso tecno) con una extraordinaria soltura y versatilidad. Y cómo no, el magnífico Richard Henshall a la guitarra y teclados, el principal motor creativo y alma de la maquinaría Haken

Mucha polémica generó el “break” de Súper Mario Bros en medio de ‘Insonmia’, con actores incluidos y todo, que “bailaban” a ritmo de la música de las diferentes etapas del famoso videojuego. A muchos les pareció gracioso, a otros innecesario y superfluo, pero bueno, entre gustos y colores…

Haken venció y convenció, demostrando que las segundas partes también son buenas (e incluso mejores) y dejando bien claro que van seriamente dispuestos a comerse al mundo!

Katatonia

La presencia de una banda como Katatonia en un festival como Loreley no estuvo exenta de polémica, además de su posición en el cartel (penúltimos el día del cierre). Los suecos, al igual que bandas como Anathema o Paradise Lost, se han alejado desde hace ya muchos lustros de aquel Death/Doom Metal de sus inicios, para derivar su música hacía una corriente más atmosférica, emocional y melancólica, que sin dejar de tener ingredientes “metaleros”, les ha proporcionado expandirse y ser escuchados por un público más amplio. Vale, muy bien, pero… ¿progresivos?

Abstrayéndonos de este punto, y de aquellos que estaban un poco “descolocados” con su presencia, Katatonia nos dio un puñetazo en la cara y nos hizo pasar un buen rato a los amantes de la vertiente más metalera del progresivo, a quienes también nos hace falta un poco de “caña” de vez en cuando.

Era de esperarse que el repertorio estuviera basado en sus trabajos más recientes, tocando temas de álbumes como ‘The Great Cold Distance’, ‘Viva Emptiness’ ó ‘Night Is The New Day’.

Anécdota graciosa cuando el cantante Jonas P. Renkse anuncia un tema y entonces el guitarra Per Eriksson arranca con otro diferente, pero no pasa nada, el hombre se lo estaba pasando genial, al igual que muchos de nosotros, a los cuáles Katatonia, nos dejó un muy buen sabor de boca pero…se acercaba la hora del gran maestro… Steve Hackett!

Airbag, Saga, The Flower Kings, Steve Hackket.

Por Fernando Medina

Airbag

A las 14:45 del sábado los noruegos Airbag hacían acto de aparición en el escenario. Para muchos, fue el primer grupo realmente llamativo del día. Se presentaron con un repertorio muy centrado en su nuevo álbum, ‘All Rights Removed’, que ha calado hondo en críticos y público en general. Tanto que decidieron presentar el disco casi íntegro: ‘All Rights Removed’, ‘White Walls’, ‘The Bridge’, ‘Never Coming Home’ y la tremenda suite ‘Homesick I-III’ sonaron seguidas con un sonido y precisión de lujo. Especialmente emocionante fue la interpretación de la última de ellas, llegando a poner el vello de punta a la gran mayoría. La segunda parte de su repertorio arrancó con ‘Prelude’, la pieza que abría su primer disco de larga duración ‘Identity’.

Si uno cierra los ojos y escucha a esta banda, podría asegurar que está ante los mismísimos Pink Floyd, tal es su parecido, concretamente el guitarrista principal Bjørn Riis, que consigue transmitir mucho sentimiento con esos bendings a lo Gilmour, y el teclista Jørgen Grüner-Hagen, que con sus sonidos de órgano Hammond y sus sintetizadores espaciales y atmosféricos nos hace recordar al mejor Richard Wright. Sin embargo, poco a poco, van adoptando su propio sonido y lo demostraron con un tema nuevo, ‘Redemption’, que según informaron, formará parte del próximo álbum de estudio. La canción en sí está enfocada hacia sonidos más fuertes y menos ambientales, un gran adelanto de su próxima grabación. La banda no se olvida de sus primeros lanzamientos y nos amenizaron con ‘Safetree’, perteneciente al EP del mismo nombre, el último de los tres que sacaron previamente al primer larga duración. Para rematar la sublime hora y media que iban a acabar dándonos, nos dejaron boquiabiertos con ‘Colours’ y se despidieron tras un concierto si bien un tanto frío en actitud hacia el público, sí fue brillante en la instrumentación, sonido y selección de los temas. El progresivo escandinavo está, sin duda, de enhorabuena.

Saga

El día estaba siendo de ensueño y Saga fueron los encargados de poner el broche de oro a la jornada del sábado a las 22:10, diez minutos sobre la hora establecida. Hubo debate entre algunos miembros del público sobre si eran merecedores de tal papel o no, pero lo cierto es que lo hicieron de la mejor manera posible: dieron un concierto espectacular, al menos para el que suscribe. Esa mezcolanza de aires sinfónicos, pop y guitarrazos hard-rockeros resulta muy atractiva para gran parte del sector progresivo.

Son un grupo muy especial, ya que pueden presumir de una química en el escenario no solo en lo musical, sino en lo visual: las poses del magnético cantante Michael Sadler y sus idas y venidas de su set de teclados, los gestos del guitarrista Ian Crichton y su hermano Jim al bajo y teclados y el bueno de Jim Gilmour con su amplio set de teclados de los que saldría el típico sonido saltarín de sintetizador, marca de la casa.

Pero los canadienses estaban de doble estreno. Una nueva figura se unía a la banda hace pocos meses: el batería Mike Thorne, que demostró en su primera gala con el grupo que está más que a la altura de las circunstancias, y eso que ocupa el lugar de dos grandes como Steve Negus y Brian Doermeer, maestros de las baquetas cada uno a su manera y estilo. Asimismo, el día anterior al concierto, se lanzaba el vigésimo álbum de estudio de la banda: ‘20/20’. Y de esta nueva grabación, incluyeron dos temas en su repertorio: ‘Anywhere You Wanna Go’, que abrió el show y ‘Six Feet Under’. La verdad es que ambos dejaron un poco indiferentes al personal, probablemente debido a que la gran mayoría no había tenido la oportunidad de escucharlos aún. El resto de canciones que sonaron estaban muy bien repartidas entre la época más actual y sus clásicos. De su época más reciente eligieron con gran acierto ‘Book of Lies’, ‘The Runaway’, esa gran bestia instrumental que es ‘Corkentellis’ y ‘The Cross’, seguida de un solo de batería muy divertido y dinámico en el que Mike Thorne dejó claro por qué fue el elegido de entre los demás candidatos a ser el nuevo batería de Saga.

El plato fuerte del set-list fue sin duda el de los clásicos. Lo interesante es que dejaron de lado ciertos clásicos normalmente siempre presentes como ‘Humble Stance’, ‘Wind Him Up’, ‘The Flyer’ y ‘You’re Not Alone’ a favor de otros que no suelen aparecer habitualmente en los repertorios como ‘Mouse in a Maze’, ‘Tired World e ‘It’s Time’. Sin duda, fueron recibidos con los brazos abiertos, si bien los otros clásicos se echaron en falta. Sí estuvieron presentes maravillas como ‘Careful Where You Step’; ‘Framed’; ‘The Perfectionist’; la preciosa versión de piano de ‘Scratching the Surface’, cantada por Jim Gilmour; ‘The Pitchman’; ‘On the Loose’ y la traca final apoteósica de ‘Don’t Be Late’, clásico inmortal de la banda que cerró la jornada con el respetable con la boca abierta y el vello como escarpias tras una hora y cuarenta minutos de magia. Un placer ser testigos del buen hacer de una banda veterana, que si bien no disfruta del éxito mundial que se merecería, tiene unos seguidores muy fieles y es una banda muy grande en ciertos puntos del mundo, entre ellos Alemania, como pudimos comprobar en Loreley.

The Flower Kings

The Flower Kings volvieron al escenario de Loreley, tras aquella actuación del año 2008. Después de cuatro años de silencio, han vuelto a las andadas en este 2012 con un nuevo álbum de estudio, ‘Banks of Eden’, y una agenda de conciertos que les va a mantener muy ocupados en lo que resta de año. El de Loreley fue el segundo concierto del año después de participar en el Sweden Rock Festival en junio. Había mucha ilusión para volver a ver a estos genios del progresivo actual. A las 17:10, los suecos Roine Stolt, Tomas Bodin, Jonas Reingold y Hasse Fröberg salían al escenario con su nuevo batería alemán Felix Lehrmann. Desde el momento en que empezaron a sonar los clásicos acordes de ‘Last Minute on Earth’, era evidente que la actuación prometía, ya que el sonido y la ejecución eran perfectos. No tocaron el tema completo, sino que lo enlazaron, como solían hacer normalmente, con ‘In The Eyes of the World’, del celebrado ‘Stardust We Are’. Tras presentar Roine Stolt a la banda y dar la bienvenida al nuevo batería, ejecutaron una magistral versión de ‘The Truth Will Set You Free’ en la que absolutamente todos fueron el centro de atención: la intensidad vocal de Fröberg, la fuerza y virtuosismo de Lehrmannm, el bajo funky de Reingold y los solos deslumbrantes de Stolt y Bodin arrancaron aplausos en mitad de la canción de un público totalmente entregado.

Llegó el momento de meterse en terrenos nuevos y Stolt presentó el tema que abre el último álbum, una composición espectacular titulada ‘Numbers’. Era la primera vez que presentaban material nuevo en vivo este año y sonó de escándalo con sus veinticinco minutos de gloria; una pieza con un carácter más duro y oscuro de lo habitual, la representación perfecta del nuevo disco en esta actuación. A continuación, nos deleitaron con la tercera parte del magno ‘Stardust We Are’, coreada por todos los presentes, para seguir con algo más ligero y accesible de la mano de la rocanrolera ‘Paradox Hotel’. Para finalizar, eligieron un tema muy apropiado para el chaparrón que caía en esos momentos: ‘I Am the Sun’, intenso y épico, que después de aproximadamente hora y media cerró una actuación inspiradísima y redonda en todos los sentidos. Tras este derroche de arte, ¿quién se los pierde en su próxima visita a España en septiembre?

Steve Hackett

Y como todo en la vida, el intenso fin de semana estaba llegando a su final, pero había que cerrarlo de la manera más grande posible. Gafas de sol oscuras, chaqueta negra, Gibson Les Paul en ristre, cómodo, sonriente y confiado. Así salió Steve Hackett al escenario a las 21:10 de la noche. Le acompañaba su banda habitual: Roger King a los teclados, Rob Townsend a la flauta y saxos, Gary O’Toole a la batería y Phil Mulford al bajo, este último incorporado el pasado otoño sustituyendo al extravagante Nick Beggs. Sin embargo, no contaron con la guitarrista de acompañamiento Amanda Lehmann por encontrarse enferma de bronquitis.

¿Cómo meterse al público en el bolsillo desde la primera nota? Pues con un clásico como ‘Every Day’, que a pesar de unos pequeños problemas técnicos con la guitarra de Hackett, sonó de infarto. Después de saludar al público, Hackett y su banda ejecutaron los dos primeros temas de ‘Beyond the Shrouded Horizon’, su último álbum, ‘Loch Lomond’ y ‘The Phoenix Flown’, a medio camino entre lo bucólico, lo oriental y lo eléctrico. Le llegó el turno a ‘Fire on the Moon’, un recuerdo a su anterior entrega de estudio, ‘Out of the Tunnel’s Mouth’, antes de dos clásicos inmortales de su etapa genesiana cantados por el batería: ‘The Carpet Crawlers’ y ‘Firth of Fifth’, dos delicias coreadas por todos que hasta llegaron a provocar lágrimas de emoción a los que asistíamos a semejante experiencia. Hacía falta recuperarse de esas emociones y dos temas perfectos para ello fueron la delicada ‘Serpentine Song’ y ‘The Golden Age of Steam’, pieza con marcha de tambor militar y aires folkies. De esa obra maestra llamada ‘Voyage of the Acolyte’ extrajo Hackett ‘Shadow of the Hierophant’, concretamente la parte final instrumental, consistente en un clímax continuo interminable con Gary O’Toole luciéndose con complejos redobles y ritmos y un Roger King llenándolo todo con sus colchones de sintetizadores y melotrón. Espectacular.

Otro vistazo a Genesis llegó con ‘Fly on a Windshield’ con Hackett alargando el solo más de lo habitual con todo tipo de efectos y finalizar con la parte cantada de nuevo por O’Toole. La intensa ‘Sleepers’ demostró el buen hacer de Rob Townsend al saxo y, por supuesto, unos fraseos de Hackett de quitarse el sombrero. La serena y a la vez agresiva ‘Prairie Angel’, del último disco, sirvió de enlace a otro tema de Genesis infaltable: ‘Los Endos’. Hackett siempre le ha añadido arreglos distintos a este tema con aires más jazzísticos al comienzo o la sección en la que interpreta parte del solo del ‘Dancing With the Moonlit Knight’ de Genesis, además del épico final con saxo.

‘Spectral Mornings’ es un tema precioso, pero quizás un poco triste para despedir un concierto, pero no había problema porque todos sabíamos que faltaba un clásico más de Genesis que además contó con la participación especial de Nad Sylvan, cantante de Agents of Mercy, aparición bien valorada por unos, criticada por otros. El clásico en cuestión no es nada más ni nada menos que ‘Watcher of the Skies’, la pieza que abría el mítico ‘Foxtrot’. La manera perfecta de acabar un espectáculo mirando hacia atrás a un pasado dorado y muy rico, hoy en día solo posible de revivir con uno de sus protagonistas directos gracias a ese personaje que es Steve Hackett, figura de Genesis, artista consolidado en solitario, respetado en muchos campos musicales y, sin ninguna duda, uno de los guitarristas que ha escalado a lo más alto de lo mejor del género progresivo.

Con Steve Hackett acabó un fin de semana mágico, lleno de anécdotas, aventuras, experiencias y sueños hechos realidad que han calado muy hondo en nuestro equipo y seguramente en todos los allí presentes La música está ahí, por supuesto, pero también es el entorno, la excelente organización, la humanidad de la gente, la unión de todos gracias a una afición común que compartimos. Los que repiten tras varios años, ya saben muy bien de qué se trata; los que fueron por primera vez, regresarán y volverán a vivir esos sueños.

Programa (original):

Saturday 07. July 2012

12:00: Hasse Fröberg & The Musical Companion
13:15: Enochian Theory
14:45: Airbag
16:30: Sylvan
18:10: Arena
20:00: Spock's Beard
22:00: Saga

23:30: End

Sunday 08. July 2011

12:00: Frequency Drift
13:30: Lazuli
15:30: Haken
17:10: The Flower Kings
19:00: Katatonia
21:00: Steve Hackett

23:00: End

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