Descansa en paz, holy voice

 Hay muchas sensaciones que me despiertan la muerte de Dio. Una triste pérdida que siento especialmente, no como otras del mundo de la música que, aunque me apenaron, no me tocaron tan adentro. Primero, debo contar cómo me enteré de la noticia. Me llegó un email en el que me contaban que circulaba esta noticia, y al poder comprobarla, la publiqué raudamente en Portal Esquizofrenia y en el periódico donde también trabajo, Diariocrítico.com. Se daba la circunstancia de que era la medianoche del domingo al lunes y llevaba dos días completos pegado al ordenador trabajando. Agotado y cansado, conocí esta noticia cuando mis energías estaban a cero. Pero mi último homenaje a Dio debía ser, sin duda, mi esfuerzo.

A un periodista jamás le gusta dar malas noticias, por mucho que ésa sea la idea que circula, como una leyenda negra de esta profesión. Por mucho que suponga ventas, lecturas o éxito mediático, las muertes y las tragedias son las peores noticias que se pueden dar, que se pueden escribir y se pueden contar. La de la muerte de Dio, de verdad, es de las peores que he tenido que ofrecer a los lectores.

He sido, soy y seré fan de Dio desde que le conocí en mi adolescencia. Tendría yo unos 15 años, o algo más. Desde el primer instante en que escuché su especial voz supe que me encontraba ante un mito y así fue. No me equivoqué. Demasiado alto para ser un elfo, demasiado bajo para ser un vocalista de heavy, su estatura y su físico siempre me llamaron la atención, contrastando con su potencia vocal casi inigualable. Personalmente le considero el vocalista más completo del rock, por mucho que otros se lleven la gloria por lo espectacular de sus voces. Hablo de Freddy Mercury, Glenn Hughes o cualquier otro mito de los micrófonos. Yo incluyo aquí a David Coverdale, Ian Gillan, Robert Plant, Rob Halford, Peter Gabriel, Meat Loaf, Peter Hammill

Este ultimo año ha sido un año marcado por Dio, he ahí la casualidad. Recuerdo aún el verano, en la playa, cuando llevaba mi estimada camiseta de Ronnie James y generó tantos comentarios. Incluso acabé cantando al amanecer 'Holy Diver' con unos muchachos que conocían sus canciones. También en el verano anterior, con mis amigos, disfrutábamos recordando ese vídeo tan esperpéntico que rodó para el tema 'Holy Diver', recordando las risas que nos supuso aquellas escenas con la espada. También ha sido su año porque regresó con los compañeros de Black Sabbath formando Heaven & Hell. Ahora ese proyecto está roto de nuevo. Una lástima. Cuando en noviembre conocí que padecía el cáncer que nos lo ha arrebatado, temí lo peor, pero me contagié del optimismo que tanto él como su esposa y manager, Wendy, propagaban a los cuatro vientos. La mejor señal de que tenían buenas expectativas es que existía una gira en primavera y verano con Heaven & Hell. Ahora todo eso forma parte ya de la Historia.

Tuve la suerte de verle dos veces sobre los escenarios. En 2002 en Madrid, en la gira de 'Killing the Dragon', en la sala Macumba. Me acompañaban dos de los miembros de este Portal Esquizofrenia, Javi y Dave. Disfrutamos como críos de su chorro de voz de los infiernos y la energía que desprendía en directo. 6 años después, le volví a ver en Bilbao, en el festival Kobetasonik, también con su banda DIO. Otro gran concierto en el que se le vio delgado, algo desmejorado, pero increíblemente en forma, como si tuviera un pacto con el Diablo.

Ahora sabemos que no, que no tenía ningún pacto. Y que aunque aún millones de personas levanten sus dedos en forma de cuernos durante el resto de sus vidas, muchas de ellas no sabrán nunca que fue Ronnie James Dio el inventor de ese gesto que forma parte ya de la idiosincrasia del rock y del metal. Un gesto que se ha visto siempre relacionado con connotaciones satánicas, pero que era, contó él en una ocasión, el gesto de superstición que hacía su abuela, italiana, para espantar a los malos espíritus, como cuando se le cruzaba un gato negro.

Vayan por ti, Ronnie, estas palabras de recuerdo, allá donde quiera que estés. Mata al dragón, encuentra el arco iris en la oscuridad, envuélvete en el misterio, no hables con desconocidos, sé el último de la fila, juega con los niños del rock'n'roll y sé el buceador sagrado en los Cielos. Nunca olvidaremos tu voz. La mejor voz.



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