La historia de Amarok: parte segunda

Es hora de continuar con las  andanzas de Amarok. En esta segunda entrega (que al igual que la primera está en español e inglés) podréis además acceder a enlaces de nuestra página del Bandcamp (https://robsant.bandcamp.com/) a dos discos de Amarok, Gibra’ara y Tierra de Especias, el disco de Carlos Gallego y Robert Santamaría El Estigma de Caín, y enlaces para los dos primeros discos de Víctor Estrada, Lo Divino en lo Grosero y Continuo Despertar. ¿¿Qué más se puede pedir?? 
Todo ello como siempre en este blog dirigido por José Luis Martínez Arilla. 
Y  en la próxima entrega, además de hablar de la primera e histórica actuación de Amarok en el BajaProg 2003, aprovecharemos para incluir un adelanto del nuevo disco.
Robert Santamaría

PARTE II 

I GET UP I GET DOWN: GIBRA’ARA Y TIERRA DE ESPECIAS
5. LA PRIMERA ÉPOCA DORADA: GIBRA’ARA
El concierto del Otto Zutz fue a la vez el final y el comienzo de un ciclo. Asy dejó el grupo el día después, y poco después lo haría Joan. Pero justo ese día conocimos a dos músicos que pronto serían fundamentales para nosotros. Uno fue Manel Mayol, un inquieto flautista mallorquín quién se precipito hacía nosotros después de la actuación ofreciéndose como “flautista cañero”, y mostrando desde ese momento toda su energía, que más adelante tanto ayudaría al grupo. El otro, no tan lanzado pero igualmente atento a los acontecimientos, fue Victor Estrada, compositor,  guitarrista y bajista, quién en pocas semanas pasó a formar parte de la banda.  Un poco más debió esperar Manel, pero finalmente también entró  cuando Joan marchó. Tanto Manel como Víctor han demostrando una amistad y una lealtad a prueba de bombas, aún en los momentos más difíciles. Da gusto tener a estos compañeros de viaje.

Nueva y prometedora formación. Sin embargo, como el material nuevo que estábamos  trabajando era bastante más complejo que el anterior,  requeríamos la presencia de otro instrumentista, por lo que seguimos buscando un violinista.  Afortunadamente, en poco tiempo aterrizó Magno Macaferri, un paisano parlanchín y entusiasta, dotado de una buena formación clásica, un estruendoso pedal de efectos para violín y mucha marcha para ofrecernos. Todos juntos comenzamos a tocar con cierta asiduidad, y poco a poco fuimos cocinando los temas que formarían parte del nuevo álbum.

Hacía tiempo (tal vez antes del segundo disco...) fuimos a ver un concierto del proyecto Finis Africae, extraordinario proyecto liderado por el músico y productor Juan Alberto Arteche, responsable en buena medida del surgimiento de grupos y solistas como Radio Tarifa, Javier Paxariño y Alberto Iglesias, entre otros. Fue increíble ver la cantidad de instrumentos que llevaban, y el riesgo y la honestidad de la propuesta. Ese día le entregué nuestro primer disco, y al poco me llegó una carta suya, escrita con una caligrafía deslumbrante,  en el que lo valoraba en grado sumo. Guaooooo. Recordando ese encuentro, pensé que tal vez él podía ser la persona que le diera un plus al material que teníamos entre manos. Así que aprovechando viaje a Madrid me reuní con él y le propuse que fuera nuestro productor. Sin problemas nos pusimos de acuerdo y buscamos fechas para grabar, con el extra de complejidad que requería hacerlo  tan lejos de casa.
Ensayo invernal en La Vinyota

Esta vez tocaba plan de autofinanciamiento de las grabaciones, pues cuando le enviamos la maqueta del disco a Pedro Vaquero con la esperanza de otra producción Sonifolk, pero su terrible respuesta “no me interesa, más de lo mismo”, nos dejó clarísimo de que un segundo milagro no se repetiría.

Pero  no sería el primer contratiempo. Manel Sesé se marchaba a la India sin una clara fecha de retorno, y para nosotros era acuciante comenzar a grabar de inmediato. Y visto el percal que se avecinaba, se me ocurrió que lo mismo me podía poner yo a tocar las percusiones para reemplazar a Manel al menos en ciertos pasajes. Me puse, y después de  largas horas aporreando panderos y darboukas(tal y como años antes había hecho con el Roland),  logré un nivel mínimo para  intentar grabar, eso sí,  andaba muertito de miedo.
En El Agujero con Lidia y un saz

A partir de febrero de 1997 comenzaron los viajes a Madrid... Por suerte podíamos contar con la casa y la generosidad de mi amigo de la adolescencia caraqueña, el pintor e ilustrador Mauricio Antón, su esposa Puri y su esquiva gata Kali, venida de La Vinyota algunos años antes. Desde ahí partíamos cada mañana a “El Agujero”, el asombroso estudio de Juan Alberto. Era como un decorado de fantasía lleno de todo género de instrumentos y puñetas, que nos abrían infinitas  posibilidades para redondear los temas. Fue impagable lo que aprendí al lado de ese hombre, e inolvidable para todos, su estilo para pinchar la toma al mando de su enorme magnetófono de 16 pistas.  Si hubiera estado al mando del Titanic, seguro que no se hunde.

Sin embargo, fueron surgiendo  problemas que fueron complicando y enrareciendo las sesiones: La flauta no afinaba bien, unos colaboradores que llevé a las grabaciones no lograron encajar en la producción,  con la dolorosa pérdida de tiempo que ello conllevaba, y, para colmo, Lidia no parecía estar en su mejor momento. Glubs, nunca me había encontrado en esa tesitura. Tensa reunión con Juan Alberto, con el que llegamos  a un nuevo acuerdo. También decidimos traernos de nuevo a Kerstin de Alemania para enmendar con su maravilloso oboe los numerosos entuertos pendientes. Por fortuna, a Juan Alberto (que al igual que Pedro Vaquero es altísimo), también le encantó Kerstin y se relajó en gran medida, y ya con este renovado ambiente pudimos regrabar las flautas (con una flauta nueva, pues al Manel le habían robado la suya),  Lidia recuperó sus mejores esencias, y yo hasta logré grabar algunas dignas pistas de percusión (cuando no se podían corregir las tomas como ahora). Al final todos contentos, e incluso nos encontramos con Pedro Vaquero, al que Arteche vendió sin reparos las bondades de lo que estábamos grabando. Todo parecía posible de nuevo.
Portada de Gibra'ara

Y así nació Gibra’ara, tal vez el disco más coherente de Amarok. La mayoría del disco lo componen largos y complejos temas de piano, junto con otros basados en la guitarra de 12 cuerdas, (ahora utilizando  una nueva afinación que me dio el mismísimo Anthony Phillips). Todos ellos muy pastorales y ricamente adornados. Y aunque  me había dado por hacer un disco sin teclados  ni batería, es una obra sinfónica  en toda regla, y progresiva por momentos... La carátula era una foto retocada de la sala de los bisontes de las cuevas de Altamira, y todo el resto del diseño rezuma ambientes prehistóricos.

Ya con el disco en la mano, llamé a Sonifolk a ver si Pedro había cambiado de opinión respecto a nosotros, pero me quedé helado cuando me dijeron que había fallecido de manera sorpresiva unos días antes... Doblemente triste, y queda como legado su tremenda labor. Durante largos meses intentamos buscar una discográfica en vano, hasta que finalmente decidimos autoeditarlo como en los viejos tiempos. Pero, por una de esas alucinantes carambolas de la vida, resulta que a una discográfica japonesa, Marquee, les interesó editar el disco en Japón, con lo cual se realizó una edición japonesa del mismo,  que incluía algunos bonus tracks. Todo ello gracias a la labor de nuestro fiel seguidor japonés Tetsuo Uchida, sin el que nuestra conexión japonesa no habría sido posible. Y con esos maravillosos yenes que nos llegaron de las antípodas pudimos financiar la edición española del Gibra’ara, que salió en la primavera de 1998. Salvados de nuevo por los pelos, y esta vez con dos ediciones del disco recorriendo el mundo. Recuperamos lo invertido y, si no mal recuerdo, creo que incluso lo reeditamos.
Con Kerstin, Lídia y Manel durante las sesiones de Gibra'ara

Ahora el movimiento New Age había sido en cierta medida engullido por lo que se dio por llamar Las Nuevas Músicas, otra etiqueta indefinida en la  que se englobaba a artistas de muy diversas tendencias pero unidos por el afán de hacer cosas diferentes. Desde electrónica extrema hasta fusión de cantos gregorianos con txalapartas vascas, todo era posible en ese universo... Javier Paxariño, Eduardo Laguillo, Tomás San Miguel, Finis Africae y un largo etcétera son nombres ilustres de esos buenos tiempos, a los que respeto en grado sumo, y cuyas influencias sobre mi fueron inestimables.

Cartel de La Cova

Y nosotros ahí intentando hacernos con un huequito... Para ese entonces tuvimos que  prescindir de Magno en el violín, pero rápidamente llegó Robert Abella para substituirlo. Joven y prometedor,  con un chorro de talento, recién salidito de la música clásica pero ávido de emprender nuevas aventuras. Y llegó un segundo programa del Hidrogen, más colaboraciones para vídeos y discos con el que programa potenciaba a los numerosos y variopintos grupos y artistas catalanes, algunas actuaciones en la tele, y, como clímax, la actuación en un prestigioso festival de música, La Cova, International Noves Músiques Catalunya IIIen julio de 1999. Esa fue sin duda la actuación más memorable del grupo hasta entonces, y  para colmo, ¡en una caverna!  Toqué con una enorme reproducción de colmillos de jabalí prehistórico que vendían como souvenir a la entrada colgada en el cuello, lo  más  de lo más para un friki como yo.

¿¿¿¿Había finalmente llegado la hora de Amarok????
6.  EN CAÍDA LIBRE. TIERRA DE ESPECIAS
En el verano de 1998 hice mi primer viaje a Estambul, donde me compré un instrumento que había visto en El Agujero y que me había deslumbrado: El saz, instrumento de cuerdas de metal parecido al bouzukigriego, y relativamente asequible para comenzar a sacarle el partido de inmediato. También compré un kanun, una hermosísima cítara de cuerdas de nylon con la que me limitaría a hacer algunos arreglos en los temas que comenzábamos a preparar para el futuro. Todo ellos junto a una cada vez más creciente kitde percusiones, ya que seguí cultivándome  en el asunto. Con el saz de protagonista, las nuevas composiciones tenían un carácter más étnico, pero a la vez estaba trabajando en  un largo tema de guitarra de 12 cuerdas,  que seguramente nos llevaría de cabeza al progresivo en su estado más puro. ¿Qué se podía esperar de todo este revoltijo?
Portada de El Estigma de Caín

Y en ese vaivén conocí a Carlos Gallego, jovencísimo guitarrista y compositor dotado de un talento deslumbrante y polivalente. Tanto tocaba como componía, dibujaba o escribía,  todo con un altísimo nivel. La maqueta que me presentó me dejó atónito, y le propuse de inmediato que grabáramos un disco con ella. Fue El Estigma de Caín extraña obra totalmente al margen de cualquier definición, en la que exploramos todo los caminos que fuimos capaces, con una libertad que pocas veces sentí ni antes ni después. Todo esto cocinado en el novísimo terreno de las grabaciones por ordenador, un vasto océano lleno de infinitas posibilidades. Para mí, esas sesiones fueron inolvidables, era a ver quién la liaba más parda en cada tema. Nos armamos de juguetes, pusimos voces e instrumentos al revés como los viejos Beatles y reventamos botellas de vidrio a lo Gentle Giant, toda una gozada. Eso sí, el disco no se vendió un pimiento.

Portada de Continuo Despertar

Por otro lado, Víctor también andaba liado preparando sus discos en solitario. En 2001 editó Lo Divino En Lo Grosero después de un arduo trabajo de estudio, y en 2003 Continuo Despertar, que, aunque salió más tarde, contenía bastante material anterior, que incluso llegamos a ensayar al principio de nuestra andadura común. Ambos son unas pequeñas joyas que mezclan la más pura música acústica con electrónica a la antigua usanza, más algunos toques oldfilianos (¿¿¿y quién no???)

En paralelo, seguíamos  embarcamos en la trabajosa tarea de grabar el nuevo disco de Amarok, cuya complejidad tímbrica superaría con creces cualquier intento anterior. Sin embargo, apenas comenzadas a grabarse las primeras maquetas sucedió lo impensable: Lidia dejaba el grupo. Fue como si el suelo se abriera bajo mis pies, y ¿ahora qué?, ¿era posible seguir sin ella, que tenía uno de los timbres vocales más dulces que he escuchado en mi vida? La realidad es que habían sido ya muchos años en el fregao,  y estaba claro que necesitaba aire. Así sea. Afortunadamente para la banda, había conocido hacía poco a una excelente cantante, An Marí Morón, a la que propuse enseguida entrar en el grupo. Por suerte aceptó, ya que teníamos una importante actuación en el CAT de Barcelona en Abril del 2000,  apenas un par de meses después. Con mucho esfuerzo y una gran labor por su parte logramos llegar a tiempo para tocar con dignidad. Ese día interpretamos una amalgama un tanto extraña de temas antiguos rearreglados con desigual fortuna y flamante material nuevo.

¡¡¡¡Y a grabar!!!! A toda la instrumentación tradicional de Amarok, que no era poca, se sumaba el nuevo kit étnico,  guitarras eléctricas, saxos, batería,  tabla, y en fin, todo lo que se pudiera meter en mi nuevo y azulísimo Mac G3 y sus modestos 6 Gb de memoria. Tierra de Especias es sin duda el disco más extraño y desconcertante de Amarok, tan lleno de buenos momentos como de despropósitos de proporciones épicas. La mezcla de instrumentos es por momentos surrealista, vanguardista e indigesta, aunque os puedo asegurar que  me la pasé de muerte  grabándolo. Visto en la distancia,  fue desde luego un fiel reflejo de los momentos de cambio y expectativas que vivíamos en aquel entonces. Pero, comparado con el pastoral y correctísimo Gibra’ara, que tan bien nos había funcionado, fue toda una patada por donde corresponda. A pesar de ello, logramos editarlo gracias a la generosidad de Macario Santamaría, paladín del imprescindible sello Tecnosaga, que tanto bien le ha hecho a nuestro folclore. Esta fue la primera de una afortunada serie colaboraciones que se prolongó largos años. El disco  salió a finales del 2000, y todo su diseño estaba obviamente inspirado en motivos étnicos, más un divertido mapa desplegable dibujado por Carlos, en el que se cuenta el viaje de Azabel, picaresco protagonista del largo tema sinfónico “Azabel Cuentacuentos”, que fue en lo que se convirtió mi suite para guitarra. Ese tema fue, aunque nosotros no lo sospecháramos entonces, el germen del futuro Amarok.

Pero a poca gente le gustó en disco por aquí, (incluso llegaron a decir que podía como mucho valer… ¡¡¡ como música para videojuegos o juegos de rol!!! Y pensándolo un poco, lo mismo tenían razón..), y se acabaron de un portazo los programas especiales, la tele, los vídeos y las actuaciones. “¿Cómo que organos y sintetizadores retro?? Eso no son las Nuevas Músicas ni la World Music ni nada, con lo bonito que era el Gibra’ara”. Ay de nosotros. Veía impotente como pasaban largos los meses y nada de nada. Todo parecía indicar la inminente desaparición del grupo, o al menos el dejarlo reducido a un proyecto de estudio.
Hasta que.....
(ENGLISH VERSION)

It’s time to go on with Amarok’s endeavours. In this second chapter (both in Spanish and English as the first chapter was) you’ll be able to link with our Bandcamp site (https://robsant.bandcamp.com/) and get our new additions: Gibra’ara and Tierra de Especias, as well as the Carlos Gallego and Robert Santamaría recording, El Estigma de Caín. You can also access to two links for the first recordings of Víctor Estrada, Lo Divino en lo Grosero and Continuo Despertar. Who could ask for more?

You can read it here in descubre la Caja de Pandora blog, run by José Luis Martínez Arilla.

Next chapter, in addition to speaking of the first, historical Amarok show at BajaProg 2003, will include a preview of the new album. Stay tuned! 

Robert Santamaría

CHAPTER II

RAISE AND FALL: GIBRA’ARA AND TIERRA DE ESPECIAS
4. THE FIRST GOLDEN AGE: GIBRA’ARA
The Otto Zutz concert was the final and beginning of a new cycle. Asy left the band the next day and shortly after Joan also left the act, but just then we met two fundamental musicians. One of them was Manel Mayol, a restless flautist from Mallorca who offered himself to the band after hearing a concert of Amarok. Manel described himself as a hard touch and lively flautist and he showed us all his energy -an energy that helped the band a lot of times. On the other hand, an attentive to events musician, Víctor Estrada, also composer, guitarist and bassist, accessed the band some few days later. Manel had to wait till Joan left. Manel and Victor have shown considerable loyalty and friendship toward the Amarok project, even in the hard times. I’m glad to have such friends near me in my journey.
Kerstin en El Agujero

It seemed to be a new and promising line-up. However, as we had more complex stuff day after day, we needed another musician. So, we kept on searching for a violinist and we found, luckily, to Magno Macaferri, an enthusiastic and talkative person who had a good classical training, a loud violin pedal effect and, over all, a man bustling with energy. All together we begun to play fairly frequently and little by little we were cooking all the songs for the next album.

Maybe before our second recording we went to see Finis Africae project play live. It was an extraordinary project fronted by the musician and producer Juan Alberto Arteche, who also was the responsible of acts such as Radio Tarifa, Javier Paxariño or Albert Iglesias, among others. It was incredible to see such amount of instruments on stage, as well as that honest musical proposal. I gave him our first record and I got back a letter from him telling me that my music had much merit. Wow. I still remember that meeting and thought of him as a new person for my future plans. Taking advantage of a business trip to Madrid, I met him and told him to be our band producer. We agreed very soon and we planned to record in a few days though we were very far from home.
We had to fund ourselves since the demo we sent to Pedro Vaquero from Sonifolk wasn’t approved by the label. A second miracle could not be repeated.
But it wasn’t our first setback. Manel Sesé travelled to India without knowing the return day and we had to record as soon as possible. I thought that I could play percussions instead of Manel and in some passages I played tambourines and darboukas. Before some hours I got a minimum skill and begun to record, though I was out of fear.
Mezclando con Arteche en El Agujero

We began to travel to Madrid by February 1997. Luckily, we could count on my adolescent friend from Caracas, the painter and illustrator Mauricio Antón, his wife Puri and his cat Kali, which came from my house, La Vinyota. From their house we went to Juan Alberto’s recording studio, called El Agujero (The Hole). It seemed to me as it was a room of fantasy, full with all kind of instruments and a lot of strange stuff that helped all of us in our songs and recordings. I learned a lot by his side and I cannot forget his way of using his huge 16 multitrack tape. I’m sure he could have saved the Titanic.

However, a lot of problems happened in those sessions: flutes out of tune, collaborators that didn’t fit with the production… We lost a lot of quality time and even Lidia didn’t seem to be at her very best. He had a tense meeting with Juan Alberto but we reached a new agreement. We also decided to call Kerstin to come from Germany in order to correct that situation with his marvellous oboe. Luckily, Juan Alberto, as tall as Pedro Vaquero, liked Kerstin and he relieved himself. Finally we could finish re-recording the flutes, Lidia recovered her finest hours and I managed to record some percussion tracks. We were all happy in the end and Arteche told Pedro Vaquera that all we had recorded was impressive. All seemed possible again.
So Gibra’ara was born. It is maybe the most coherent recording of Amarok. The record includes long and complex piano themes with others based on 12 string guitars in a different key provided by Anthony Phillips himself to get a rich and pastoral sound. This recording that I planned without keyboards or drums proved to be a symphonic opus with progressive rock moments… The cover was a corrected image of the Altamira Caves in Santillana and all the artwork reminds of a prehistoric ambient.
I went to Sonifolk with the disc in hand to see if Peter had changed his mind but I felt myself frozen when they told me he had passed away suddenly a few days before. I was doubly sad and thinking in his great legacy. For many months we tried to find a recording company in vain, but by chance a Japanese label, Marquee, showed interest in our recording and they did a special Japanese edition with bonus tracks. With all this money we could manage a Spanish edition of Gibra’ara, which was released in the spring of 1998. It seemed impossible, but we had two different editions of the same recording. We recovered the investment and if I recall correctly we reissued it.
The New Age period was swallowed up by what became known Las Nuevas Músicas (New Music), another undefined tag that included very different perspective artists that wanted to do something new. From extreme electronics till Gregorian chants fused with traditional Basque folklore… All seemed possible in this musical universe… Javier Paxariño, Eduardo Laguillo, Tomás San Miguel, Finis Africae and a long etcetera were illustrious names from those good days. I have a deep respect for all of them and they were also a great influence for me.
We tried to get established there… We had to get rid of Magno and his violin, but Robert Abella entered the band. He was young and had a promising future. He had classical training but wanted to embark on new adventures. We did a second Hidrogen TV program, we collaborated in various video clips and recordings as well as TV appearances and, above all, the performance in the prestigious festival named La Cova, International Noves Músiques Catalunya III, in july 1999. This Festival was the landmark of Amarok. We played in a cave! And I was wearing a big wild boar fang necklace. A must for a freak like me!
Had the time come for Amarok?
5. FREE FALLING. TIERRA DE ESPECIAS (LAND OF SPICES)
In summer 1998 I first travelled to Istanbul. I bought an instrument that had dazzled me in El Agujero: a saz, a metal string instrument similar to the Greek bouzouki and not very expensive to start with. I also bought a kanun, a kind of beautiful nylon string zither that I’d use to some song arrangements. The saz raised as the absolute protagonist of the newest ethnic compositions but I also was writing a long 12 string guitar song devoted to prog rock in its purest state. What could you expect from this jumble of ideas?
Sesión de fotos para Tierra de Especias

It was then that I came to know Carlos Gallego, an exceptionally talented and very young guitarist and composer. He could play and compose but also draw or write. He had awesome skills. He showed me an astonishing demo and I told him to record a new album based on his music. It was El Estigma de Caín, an strange opus out of the standards in which we explored all possible ways of music in a freedom I rarely felt after.

It was the time of the computer recording system, a great ocean full of infinity possibilities. Those sessions were unforgettable. We came in with toys, recorded the vocals and instruments backwards as the old Beatles did, crashed bottles in the Gentle Giant way… Pure enjoyment! However, we didn’t sell a damn!
On the other hand, Víctor was very busy recording his solo albums. In 2001 the published Lo Divino en lo Grosero (The Divine in the Rude) after a hard studio recording time. And in 2003 he recorded Continuo Despertar (Continuum Awareness), an album full of previous stuff we rehearsed in our common beginnings. Both albums are gems of acoustic and electronic music with an Oldfield flavour.
In parallel, we continued the hard task of recording a new Amarok album, more complex and one step beyond any previous recording. However, at the beginning of the first demos Lidia left the band. The ground opened at my feet. I wasn’t sure of our future since Lidia had the sweetest voice I had ever heard in my life. She needed freedom after all those years, so be it.
We recently had met an excellent singer, An Marí Morón, and I told her to be part of the band. She agreed and we soon performed with the new line up at the CAT in Barcelona in April 2000. We had a great time in that show after a hard effort rehearsing over a couple of months. We played a series of old themes with new arrangements along with newest compositions.
Tierra de Especias en la prensa japonesa

And then we went to record! We added to our traditional instrumentation a new ethnic kit as well as electric guitars, saxophones, drums, tabla and all kind of sounds that could be inserted in my new and blue 6 Gb memory Mac G3. Tierra de Especias is clearly the strangest album of Amarok. It’s full of great moments but also of absolute nonsense. There’s a surrealistic bunch of instruments. It’s avant-garde and indigestible. But I must confess I had so much fun recording it. From a distance, it was our moment of change at that time. If you tell with the orthodox and pastoral Gibra’ara, this new recording was a kick not given in the right place.

Despite this, we could release it thanks to Macario Santamaría, from the essential Tecnosaga label. A label devoted to our folklore roots. This was the first of a series of collaborations for some years. The album was released at the end of 2000 and its artwork was influenced by ethnic nuances, as well as a folded map painted by Carlos, who tells us about Azabel travel, the main character of the long epic “Azabel Cuentacuentos”, a revisited version of my guitar suite. This was the germen, without knowing, the germen of the future Amarok.
Few people liked the album and even they told it was music for gaming. All special programs, all the TV shows, video or performances ended. Nobody understood the organ sounds or the retro synthesizers. Woe betide us. Months were passing and we were not getting anything at all. It seemed that the group was to disappear.
Until…

firma jose luis martinez arilla
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