Otras músicas: Opeth - 'Watershed' (2008)

 Crítica de 'Watershed'
3-jun-2008
Autor: Javier Moreno
Calificación: 9,5/10

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Un álbum sencillamente perfecto

Opeth - 'Watershed' (3 junio 2008)
Roadrunner

 1. Coil
2. Heir Apparent
3. The Lotus Eather
4. Burden
5. Porcelain Heart
6. Hessian Peel
7. Hex Omega

Duración: 55:00

Músicos:
- Mikael Ǻkerfeldt: Voz, guitarra
- Martin Méndez: Bajo
- Per Wiberg: Teclados
- Martin Axenrot: Batería
- Fredrik Ǻkesson: Guitarra

Grabado entre 1/11/2007–10/1/2008 en los estudios Fascination Street, Örebro, Suecia.
Género: Progressive death metal
Sello: Roadrunner
Producido por Mikael Åkerfeldt y Jens Bogren.

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De nuevo los suecos regresan con una preciosista obra bajo el brazo, novena en su haber, parida por la mente inquieta de Mikael Ǻkerfeldt, como ya es marca indiscutible de la casa.

Como viene siendo habitual en cada disco que alumbran, se muestran más precisos, más técnicos, más innovadores y, sobre todo, muy intimistas.

No voy a ocultar que son una de mis bandas favoritas, pero eso no quita mérito ni influye en el hecho palpable de que en esta ocasión, una vez más, van más allá en su propuesta metálica, y obsequian al oyente con una obra aun mejor que la anterior. No es “amor de fan”. Realmente vuelven a sorprender con unas melodías –en ocasiones nítidas, otras melódicas, otras hipnóticas, y siempre oscuras y melancólicas- cada vez más arriesgadas, intrincadas y –sello indispensable- extremas. “Watershed” te sorprenderá por la mezcolanza de referencias que en el puedes encontrar: esto ya no es solo death con pinceladas progresivas. Por primera vez estaríamos hablando de un disco enteramente de metal progresivo, cimentado en las estructuras extremas de sus raíces, pero con guiños más que puntuales a estilos más clásicos, esos que dominaban el universo musical de los años setenta: melodías intrincadas, pasajes pinkfloydianos, estructuras inspiradas en la música oriental, y ritmo... mucho ritmo, que en ocasiones logra sorprenderte al descubrir que tus pies no pueden estarse quietos.

Siete temas, muy distintos entre si, configuran un álbum muy heterogéneo en su conjunto. Si bien en su ya lejana primera época, sus discos se caracterizaban por albergar buenos temas simplemente, a día de hoy no se conforman con esto. La idea de disco, en su carácter global y conjunto, toma la iniciativa con respecto a las canciones. Sin descuidar ni un ápice la composición individual de cada canción, se centran en dar coherencia al redondo. Cada canción sirve de entrada a la siguiente, de manera que una escucha continuada destapa muchos matices que de otra manera pasarían desapercibidos.

“Watershed” abre con “Coil”, un tema totalmente acústico, donde desde el comienzo entra la voz limpia y cálida de Ǻkerfeldt. Ayudado al final por la claridad vocal de Natalie Lorichs, pasa por ser la primera ocasión en que una voz femenina aparece en un disco de Opeth. Se trata de una canción introductoria, que prepara el terreno durante tres minutos para la escucha del disco. Es de agradecer esta elección, en vez de las tan manidas intros instrumentales que, a estas alturas, difícilmente aportan nada.

“Heir Apparent” pasa por ser un tema clásico ya en estructura de los suecos. Siguiendo las pautas del anterior álbum (“Ghost Reveries”, 2005), encontramos aquí, como si de un resumen se tratase, todos los elementos característicos de la banda: cambios de ritmo continuaos, estructuras extremas tanto musical como vocalmente, con pasajes enteramente acústicos y lucimiento de Per Wiberg a las teclas y sintetizadores.

Seguidamente, “The Lotus Eather” pasa por ser el tema que más enganchará al oyente. Con un inicio suave y calmado, casi hipnótico por la voz limpia de Mikael, pronto sorprende bruscamente con un giro a las guitarras más aceleradas y afiladas que los nórdicos ofrecen, y una batería feroz (momento en el cual Axenrot, una de las nuevas incorporaciones, deja claro que no vas a echar de menos las baquetas de  López). Desde este instante, todo el tema será una sucesión de cambios y efectos entre voces guturales y melódicas realmente interesantes, donde en contraposición a sus partes más calmadas, aparecen sus esquemas más agresivos. Una delicia de canción que, en directo, será todo un alarde de técnica.

“Burden” pasa por ser otro intermedio, por decirlo de alguna manera. Acústica y eléctrica caminan de la mano, muy tranquilas, marcando una estructura casi baladística, con reminiscencias ochenteras, con el permiso de unos teclados muy clásicos, de corte purpleliano en la parte central (con perdón). De nuevo sorprende la voz limpia y natural de Mikael. Un oasis de calma en definitiva, con la idéntica misión de la inicial “Coil”: prepararte para el siguiente tema.

“Porcelain Heart” es intimista e introspectivo, Opeth en estado puro. Inicio oscuro, con guitarras alargadas –herederas directas de Sabbath-, que dan paso a una parte más calmada, acústica, donde entra de nuevo la voz limpia de Ǻkerfeldt, para seguir con la misma estructura inicial, esquema que se ir{a sucediendo a lo largo del tema.

“Hessian Peel” se inicia de manera acústica. Se convierte en el tema más limpio, claro y, por que no decirlo, setentero del disco. La voz es el hilo conductor, en amplitud de registros, en una canción que, discutídmelo si queréis, me trae unas referencias a Porcupine Tree impresionantes (salvando obviamente las distancias estilísticas). Es el tema más largo del disco y, mucho me temo, sus fans más primigenios no sabrán entender.

Acabamos con “Hex Omega”, de nuevo un tema de inicio acelerado y negro, que enseguida da paso a una fina y progresiva melodía, que alterna pasajes más melódicos con otros más rápidos, envueltos en un aire oriental de corte arabesco.

En definitiva, un álbum sencillamente perfecto, donde las partes más extremas casan a las mil maravillas con los tempos melódicos. Una vuelta de tuerca más al sonido Opeth, que parece no tener fronteras. A pesar de estar todavía en el mes de mayo, podría aventurarme a pronosticar a este como el disco del año. Mucho habrán de esforzarse otras bandas si aspiran a tal galardón.

Yo por mi parte, me quedo con ganas de otorgar el 10 absoluto a este disco pero, con la dinámica a que nos están acostumbrando de superarse a si mismos en cada trabajo, ¿quien se atrevería?

Tan solo queda esperar su visita a nuestras tierras, en una gira en condiciones. De momento solo está programada su actuación en el festival veraniego Lorca Rock, aunque todos sabemos que Opeth no son una banda ideal para un corto show festivalero. Sin duda dejarán con ganas de más a los asistentes.
Por estos lares, mucho pedir sería una gira al estilo USA, donde en pocas fechas se inicia el denominado “Progressive Nation Tour”, que embarca conjuntamente a Dream Theater y Opeth, como cabezas de cartel, junto con Between The Buried And Me y Three.

Puntuación: 9,5/10

Javier Moreno Vega
Mayo 2008