El póker de ases del rock progresivo: un repaso por los efectos más característicos

(Foto: Pixabay / Public Domain)

El rock progresivo es uno de los tipos de música rock con mayor perfección en el campo de la composición. Las estructuras complejas y la fusión de los diferentes instrumentos genera atmósferas sonars que para los aficionados a este estilo son inigualables. Los discos clásicos de Pink Floyd, Rush o Dream Theater son ejemplos de la perfecta combinación de talento, experiencia, creatividad y manejo del instrumento y de todos los componentes que forman parte de él.

El mundo de los efectos ha ido creciendo de manera exponencial en las últimas décadas y el rock ha ido adaptando estos nuevos sonidos a su repertorio. En el caso concreto del progresivo, este ha incorporado prácticamente todos los existentes, por lo que sería recomendable que fuésemos capaces de reconocer qué efecto es el responsable de qué sonido y así poder descifrar a nuestros guitarristas favoritos.

En el campo musical casi todos los efectos se denominan con un anglicismo que no tiene traducción a nuestro idioma. No es algo extraño, en un ámbito tan diferente al nuestro como es el del póker también se emplean términos en inglés, como tilt o flush, para referirse a actitudes, manos o jugadas. En este caso, nos vamos a centrar en efectos como el phaser, el wah-wah, el fuzz o el overdrive que, sin duda, con un poco de práctica y atención, nos permitirán descifrar las partes que más nos gustan de nuestros discos favoritos. Para poner ejemplos utilizaremos a dos de los mayores guitarristas del rock progresivo, Gilmour, que vivió los inicios del uso de los pedales, y Petrucci, que contó con ellos desde el comienzo de su carrera.

El primer efecto que vamos a analizar es el wah-wah, una pieza curiosa que nace de la imitación de una trompeta con sordina y que popularizan músicos de todos los estilos. Quizá los más destacados para el gran público sean Hendrix, Van Halen o Slash. Pero dentro del mundo del rock progresivo se encuentra uno de los mejores en su empleo: el ya mencionado Petrucci. Podemos ver el uso de este efecto en canciones como “Beyond This Life”, concretamente en el minuto 7:20, donde el virtuoso guitarrista deja volar su creatividad sobre el mástil mientras articula el alargado pedal con el pie (hace falta una buena coordinación).

El segundo pedal que vamos a analizar es el que recibe el nombre de fuzz. Este efecto es uno de los primeros de la historia y consiguió un éxito arrollador en los años 60, ya que prácticamente todas las bandas de rock lo utilizaron en mayor o menor medida. Podríamos definirlo como una suciedad excesiva y en ocasiones descontrolada en la guitarra, una distorsión con garra que permite llevar al amplificador al máximo. Para entender su sonido podemos recurrir a Gilmour, que ha sido uno de los músicos que ha popularizado este sonido y que ha sido capaz de desarrollar todo su potencial dentro de canciones tranquilas, algo que parece ir en contra de la propia naturaleza del pedal. Un buen ejemplo es el solo de “Time”. Podemos escucharlo en el minuto 3:07 del siguiente vídeo.

La distorsión es otro efecto de saturación de la señal, es decir, ensucia la limpieza del sonido, pero es diferente al fuzz, ya que es menos exagerada y se puede controlar más fácilmente. Consigue su mayor éxito durante los años 80 y prácticamente todos los guitarristas de rock lo han empleado en mayor o menor medida. Un buen ejemplo para señalar qué es la distorsión lo encontramos en la canción de “Dream Theater Scene Three: II Fatal Tragedy”, donde podemos apreciar a Petrucci tocando con una saturación muy marcada.

El overdrive es el más suave de todos los efectos de saturación y suele ser empleado por la práctica totalidad de músicos para ayudar a que el amplificador tenga un sonido más cálido. Como ejemplo valdría cualquier canción en la que la saturación sea baja.

Después de los pedales de saturación, que suelen ser la base general, tenemos otros que no son muy utilizados en la mayoría de los estilos musicales pero que sí lo son en el rock progresivo en particular. El primero es el chorus, un clásico de los 80 que, curiosamente, tiene como finalidad desafinar el instrumento, generando dos sonidos a la vez y que para algunos melómanos resulta mareante. Petrucci es uno de los grandes representantes de este sonido, de hecho, ha colaborado con la prestigiosa marca Tc Electronic sacando un pedal bajo sus preferencias. Podemos encontrar este sonido en canciones con guitarras limpias, es decir, que no tienen ningún tipo de efecto de los anteriormente citados. Lo escuchamos en, por ejemplo, el comienzo de “Pull me under”.

Otro muy empleado, especialmente por Gilmour, es el phaser. Se trata de un pedal muy difícil de describir, algunos consideran que genera la sensación de flotar, aunque quizás sea excesivo. Lo mejor es escucharlo, por ejemplo en el comienzo de “Shine on You Crazy Diamond” (minuto 2:46), y sacar nuestras propias conclusiones.

Por último abordaremos los pedales que repiten la señal, es decir, aquellos que repiten las notas que tocan los guitarristas. En este sentido cabe señalar que hay dos muy característicos: el delay y el echo. La diferencia fundamental es que el delay suele retrasar más las señales y el echo, menos.

Encontramos delays, por ejemplo en “Run like hell” y echo en el eterno solo de “Comfortably numb”.