> Análisis personal del actual estado de forma y de creatividad de Dream Theater, la banda de metal progresivo que reina en todo el mundo
Hay una horripilante frase que a veces se pronuncia por parte de extremistas: "Hitler tenía razón". No hace falta que diga que condeno de la manera más enérgica tanto al monstruo que era el dictador y genocida alemán como a los que son capaces de tan siquiera simpatizar con cualquiera de sus ideas. Pero uso parte de esa frase para hablar del tema que me trae aquí a colación: el ocaso de Dream Theater. Y es que Mike Portnoy salió del grupo en 2010 siendo el gran señalado como culpable de la ruptura de la convivencia interna en la banda. Pero el tiempo le ha dado la razón: DT necesitaba una pausa, y nadie se atrevió a dársela más que él, pagando los platos rotos.
Ojo, no voy a ser defensor de nadie, y menos de Portnoy. Como casi todos los genios, en cualquier disciplina del arte y la cultura, la cabeza no les acompaña. A veces son megalómanos, ególatras, medio locos o cualquier otra cosa que se aleja del equilibrio emocional. Seguramente el batería norteamericano sea un poco de todo eso, pero tenía razón. Es cierto que el que pedía el descanso era él y por intereses personales, ya que tenía demasiados proyectos abiertos de manera simultánea. Pero también creía que buen momento para dar una pequeña pausa a DT, y estaba en lo cierto.
Soy de los que pienso que DT llegó a su cénit y su cumbre creativa con 'Scenes from a Memory' en 1999 y que alargó ese gran momento de su carrera en las giras posteriores, sobre todo con 'Six Degrees of Inner Turbulence' (2002), y que algunos de sus discos posteriores eran realmente brillantes, como el ahora mencionado, así como 'Train of Thought' (2003). Pero como se puede apreciar, tras 'SFAM' se tomaron casi 3 años de pausa, y por eso pudieron tener tiempo para hacer dos álbumes casi seguidos en dos años.
Tras eso, no dejaron la dinámica de álbum de estudio cada dos años, con gira intermedia y lanzamiento de disco en directo para no perder tirón y hacer caja sin parar. DT pasó de ser una banda original que rompía esquemas desde el metal progresivo a ser una repetición de sí mismo, sin parar. Pese a los momentos brillantes que se pueden apreciar, sin duda, en la terna de discos posteriores ('Octavarium' -2005-, 'Systematic Chaos' -2007- y 'Black Clouds & Silver Linings' -2009-), la fórmula necesitaba una renovación.
Personalmente, esta época coincidió también con la etapa en la que iba a todos sus conciertos posibles, incluso viajando al extranjero para no perderme ni un detalle de sus giras. Por eso puedo afirmar tranquilamente que fueron apagándose hasta ser un reflejo de sí mismos, y entiendo a Portnoy cuando pedía un pequeño 'break'.
Insisto, sería por egoísmo, para tener más tiempo él. Yo no voy a quién era más puro de corazón, sino a lo práctico: hubiera sido genial que todos se tomaran 2-3 años de pausa, se fueran a sus proyectos personales (LaBrie nunca lo hacía y alternaba un disco con DT con otro de su banda), y renovaran ideas e incluso el concepto de banda.
No voy a jugar a la descalificación ni al juicio de valor por que sí. Reconozco que los 3 posteriores discos que han sacado tras la salida de Portnoy, 'A Dramatic Turn of Events' (2011), 'Dream Theater' (2013) y 'The Astonishing' (2016), son bastante salvables. Musicalmente no ofrecen nada nuevo, pero me gustan. ¿Y a quién no? Yo siempre he dicho, y lo mantengo, en que estos tipos no pueden hacer técnicamente un disco malo. Son demasiado buenos para ello. Ahora bien... son algo aburridos, algo mediocres y no están a la altura de lo que podríamos llamar 'la media general' de Dream Theater.
No digo por ello que, para eso, que no hubieran seguido. Me parece bien que hayan continuado. Pero debieron esperar a Portnoy, incluso lidiar con su difícil carácter. Entre otras cosas, porque era su banda, en muchos sentidos. Petrucci es un gran guitarrista, un buen letrista en ocasiones y un decente compositor. Pero ya. No sale de lo mismo de siempre y cuando pudo ofrecer su mejor cara en solitario apenas nos regaló algo que mereciera la pena con 'Suspended Animation', en 2005. Más me gustó en Liquid Tension Experiment, que es donde quería ir a parar.
Como sabéis todos los buenos fans de DT, Liquid Tension Experiment fue la banda experiemental y de improvisaciones que sacaron Petrucci y Portnoy junto a Tony Levin, para incorporar después a Jordan Rudess, quien acabó siendo el teclista de DT tras conocerse y trabajar juntos en este proyecto. Si tenemos en cuenta que, sin que nadie me asesine por decir esto, perfectamente John Myung podría haber estado a la altura de esta banda sustituyendo a Levin, éstos eran los verdaderos DT que todos querríamos haber escuchado alguna vez. Una banda de metal progresivo sin demasiados clichés y estereotipos, original, improvisadora y sin tener que pasar por los esquemas de la industria, que a la larga, todo lo destruye.
Y es que Liquid Tension Experiment eran, más o menos, con el citado permiso de Levin, los Dream Theater instrumentales, sin voz, lo que podrían haber hecho con o sin LaBrie, con o sin letras, pero que sí podrían haber sido en algún momento.
En cambio, eligieron el camino fácil. Repetir hasta la extenuación la fórmula del éxito. Por eso hemos escuchado varios discos tras 'SFAM' que iban evolucionando cada vez menos y que tras la salida de Portnoy fueron más que planos.
El ocaso de los ídolos
Capítulo aparte merece, lo siento, el reciente 'The Astonishing'. No quiero parecer un aprovechado, pero he querido que pasara el tiempo suficiente para poder decir esto: el disco es una full de Estambul. Vale, sí, tiene momentos brillantes, canciones muy buenas, melodías realmente pegadizas y partes instrumentales a la altura de los mejores tiempos. Pero es mediocre si sumas todos sus temas, y muy aburrido y soporífero si pretendes escucharlo de un tirón.
Ahora puedo decirlo, porque con la euforia que siempre llega con un lanzamiento, y más bajo el contexto de una banda con una legión de fans, prima la irracionalidad en lugar de lo objetivo. Y realmente 'The Astonishing' no pasará, ni de lejos, a la historia. Lo sitúo, incluso, por detrás de 'A Dramatic Turn of Events' y 'Dream Theater' en mis prioridades de una buena tarde de música en mi casa. Es de esos discos que envejecerán mal, ya veréis, y que apenas pondréis en vuestro equipo cuando pasen unos años.
Siento todo este rollo, pero tenía que soltarlo. Paso de polémicas, de verdad, puesto que he querido ser en todo momento respetuoso con todo: los gustos personales, los criterios y los fans de DT. Pero también hay que colaborar un poco a un ideario colectivo. La libertad de opinión también es un bien social porque ayuda a crear una opinión colectiva. Yo pongo mi humilde granito de arena para ello.
Lo siento, pero para mí, Dream Theater están en su ocaso. El Ocaso de los ídolos, que diría Wagner con su música y Nietzsche con su filosofía. No moveré ni un solo euro de mi bolsillo para ir a uno de sus conciertos carísimos, de más de 50 euros, y menos cuando ya ni pasan por España. Será que no les merecemos la pena. Una lástima...
- Página web oficial de Dream Theater:
