Retrospectiva de Dream Theater: 'Awake', el preámbulo al despertar

Dream Theater - Awake

En este año 2019 se cumple el 25to aniversario del lanzamiento al mercado del tercer disco de estudio de DREAM THEATER, “Awake”, el mismo que supuso el despertar del primer ensueño prog-metalero del grupo en cuestión pues era el último disco con el teclista Kevin Moore como integrante de la banda. De hecho, cuando el disco se hizo presente en los estantes de las tiendas discográficas – el 4 de octubre de 1994 – ya no era Moore integrante del grupo, lo cual obligó a DREAM THEATER a aparecer como cuarteto en los vídeo-clips promocionales de ‘Lie’ y ‘The Silent Man’. No fue un desaire; Moore, durante las sesiones de grabación de “Awake”, anunció a sus todavía compañeros de banda que dejaría las filas de DREAM THEATER durante las sesiones de mezcla y masterización del nuevo material. Curiosamente, Moore seguiría estando muy presente en el grupo en uno de esos dos vídeo-clips mencionados pues ‘Lie’ tiene letra escrita por él: siempre fue el mejor letrista que jamás tuvo DREAM THEATER y no faltarán citas de sus aportes poéticos a este disco que hoy recordamos en los próximos párrafos. El grupo perdía algo más que un creador de grandes melodías, orquestaciones y solos a los teclados. Aunque solo grabó dos discos, esta alineación de Moore, James LaBrie [voz], John Petrucci [guitarras], John Myung [bajos] y Mike Portnoy [batería y percusión] es considerada como la primera conformación clásica de DREAM THEATER, y aún hoy en día se la tiene como la que gestó algunas de sus obras cumbres... o sea, justamente esos dos discos. Publicado por el sello East West Records, “Awake” tuvo un proceso de grabación que duró entre los mes de mayo y julio del año 1994, en los One On One Studios y los Devonshire Studiose, en North Hollywood, Los Ángeles. Los productores e ingenieros de sonido principales fueron John Purdell y Duane Baron, siendo el encargado de la masterización Ted Jensen. Los DREAM THEATER recuerdan con cariño esta relación laboral, muy lejana de la tensa y exhaustiva que tuvieron con el terco, acartonado e intransigente David Prater para el álbum de estudio precedente “Images And Words”. Incluso Purdell y Baron aportaron coros para ‘The Silent Man’, la tercera y última parte de la suite ‘A Mind Beside Itself’. Se trata del único disco que los DREAM THEATER grabaron en un estudio situado en la Costa Oeste de los EE.UU.

El disco descarga su metralla rockera a todo dar desde el punto de arranque con esa electrizante dupla de ‘6:00’ y ‘Caught In A Web’: la letra de la primera pertenece a Moore y versa sobre la llama hiriente que deja el iluso recuerdo de los sueños que uno no hizo cumplir; la de la segunda es de coautoría de LaBrie y Petrucci (debut del primero), y se centra en los sentimientos de desconcierto y frustración ante eventos de la vida que nos dejan desarmados. Podemos notar que el caso de la primera de estas canciones refleja el estímulo que se da Moore a sí mismo para dejar algo seguro como DREAM THEATER para embarcarse en lo que sea que el destino le tuviese deparado, pues hay ciertos pasajes que reflejan el deseo de no anquilosarse en una zona de confort como ésta: “So many ways to drown a man, / So many ways to drag him down. / Some are fast and some take years and years. / Can’t hear what he’s saying when he’s talking in his sleep. / He finally found the sound but he’s in too deep.” Respecto a lo estrictamente musical, ‘6:00’ está construido en base al férreo dinamismo encuadrado entre los ágilmente sofisticados grooves de la batería y los ricos aportes de los teclados, incluido un rotundo solo al modo de un órgano distorsionado en el pasaje intermedio. Hay algunos elementos jazz-rockeros dentro del vitalismo prog-metalero que esta canción exuda por cada poro de su sonido y su ritmo. En cuando a ‘Caught In A Web’, es una canción más airada, con un LaBrie que aumenta su expresividad enojada respecto a la canción de apertura mientras la guitarra asume un rol más protagónico durante el desarrollo temático. La dupla rítmica se comporta con compacta incandescencia mientras la guitarra y el teclado alternan momentos de hermanamiento y de complementación. El redoble final es contundente en su parca síntesis de la furia maciza que se reflejó a lo largo de la canción. Tras estos primeros 11 minutos de fuego airado viene una canción refrescante y vulnerable, aunque aún alimentada por un solvente punche rockero: se trata de ‘Innocence Faded’, cuya letra expresa la desazón y la confusión que sentía Petrucci al saber que pronto se alejaría de su vida Moore, quien era amigo suyo desde la infancia. Hay elementos sinfónicos fáciles de notar en algunas partes de teclado así como en la elaboración de las partes cantadas, algo así como una cruza entre los GENE SIS de la segunda parte de los 70s y los RUSH de la etapa 85-87. La coda, más bien, nos toma de sorpresa por la manera que tiene de retomar la energía tensa de las dos canciones anteriores, pero no rompe con el lirismo general, sino que le da un enfoque más muscular. De los mejores solos de guitarra en este disco… y tal vez de toda la vida de Petrucci.

Dentro de este álbum que dura casi exactamente una hora y cuarto, la suite de casi 20 ½ minutos titulada ‘A Mind Beside Itself’ termina la primera mitad. Sus tres secciones son ‘Erotomania’, ‘Voices’ y ‘The Silent Man’, siendo la primera de ellas instrumental, mientras que las otras dos cuentan con letras de Petrucci. ‘Erotomania’ comienza con unos parcos y corpulentos acordes de órgano que marcan buena parte del groove predominante en el cuerpo central, una vibración sistemática que necesariamente tiene que ser completada por la batería de Portnoy. Las variantes temáticas que van surgiendo en algunos lugares estratégicos incluyen un lírico pasaje dirigido por los teclados donde se anticipa el cuerpo central de ‘The Silent Man’, así como unos quiebres melódicos que van de lo arábigo a lo aflamencado. Es en ellos donde la guitarra disfruta del foco central mientras se luce y retuerce en sublimes ejercicios de pasión y virtuosismo, siendo así que el bloque grupal crea un filudo híbrido de YES, IRON MAIDEN, PINK FLOYD y RUSH. Como anécdota, resulta que una de sus secciones melódicas fue originalmente creada para una primera versión de su hit ‘Pull Me Under’, el cual abría el álbum anterior… pero qué bueno que la recuperaron para esta ocasión. Con la última retoma del motif inicial se va preparando el terreno para el arribo de ’Voices’, una sección muy agitadora que tiene que ser así porque su letra versa sobre la esquizofrenia paranoide, incluyéndose imaginería religiosa en el dramatismo inherente a esta temática. Es tal vez una de las mejores letras que ha hecho jamás Petrucci (quien nunca estuvo a la par con Moore o Myung como poeta, valgan verdades). Esta sección abre amplios espacios al swing lento dentro de una rara pero muy efectiva mezcla de languidez y densidad: algo así como un tema perdido de PINK FLOYD de la época de “The Wall” que fue remodelado desde una perspectiva confluyente entre los paradigmas de DEEP PURPLE y LED ZEPPELIN, sin perder de vista los ecos de los aspectos más aguerridos de “Images And Words”. De hecho, es en el preludio voraz y en los interludios intensificados donde el aspecto prog-metalero se expone con mayor pureza, por así decirlo. El solo de guitarra que precede a la última parte vocal obliga a ésta a elevar su vitalismo sobrecogedor antes de que todo termine con una cordial secuencia de escalas a cargo de la dupla de guitarra acústica y piano. He aquí que se abre la puerta a la última sección, la balada acústica ‘The Silent Man’. La exhortación inicial (“A question well served: / Is silence like a fever, A voice never heard / Or a message with no receiver?”) y el estribillo (“When there is reason, tonight I’m awake. / When there’s no answer, arrive the silent man. / If there is balance, tonight he’s awake. / If they have to suffer, there lies the silent man.”) reflejan muy bien el interés por entender el misterio de la comunicación entre los seres humanos, un misterio que siempre se mantiene oculto, de una manera u otra. Una labor de introspección en clave bucólica al modo de un híbrido de GENESIS y CROSBY, STILLS & NASH, con algunos bellos ornamentos de sintetizador y bajo en el intermedio, ‘The Silent Man’ resulta una oportunamente confortante vía de reposo espiritual tras el entramado de emociones tortuosas expuesto en ‘Voices’.

La segunda mitad del repertorio se abre con la dupla de ‘The Mirror’ y ‘Lie’, dos canciones poderosas y ácidas que van juntas merced a un puente dirigido por el piano donde, sucesivamente, se adelanta el motif principal de ‘Space-Dye Vest’ y se reitera uno de los bloques armónicos de ‘The Mirror’ aunque con un tono más psicodélico. ‘The Mirror’ es la primera canción con letra de Portnoy que aparece en un disco de la banda – aunque él había hecho ya la de la suite ‘A Change Of Seasons’ – y trata sobre el tumulto interior del alcohólico y su devastador impacto exterior a la gente cercana. Esta temática que el propio Portnoy vivía en carne propia desde un tiempo atrás, luego se expandirá en una serie de suites repartidas en los discos entre “Six Degrees Of Inner Turbulence” (2002) y “Black Clouds & Silver Linings” (2009). El mismo Portnoy se encarga de vocalizar las palabras en registro muy grave que anticipan la primera línea de cada una de las dos primeras mudenzas. Respecto a ‘The Mirror’, esta canción exhibe una furia gruesa y áspera en la mayor parte de sus núcleos temáticos (algo que se anuncia desde el punto de arranque con los tenebrosos riffs de guitarra y el sofisticadamente belicoso groove de la batería), pero en su desarrollo temático también intervienen algunas breves secciones más plácidas en las que la persistente furia de la letra adquiere un matiz más dramático y menos osado. Con una furia rockera más persistente y una letra más cínica, ‘Lie’ completa el perturbador retrato psicológico de tensiones interpersonales e inestabilidad emocional. Unas muestras: “So you tell me «trust me», I can trust you, / Just let me show you. / But I gotta work it out in a shadow of doubt / ‘Cause I don’t know if I know you.” – “Mother Mary quite contrary / Kiss the boys and make them wary. / Things are getting just a little bit scary, / It’s a wonder I can still breath.” Los teclados de Moore pasan a un segundo plano (él es el autor de la letra, dicho sea de paso), centrándose en las bases armónicas, los contornos de algunas partes vocales de LaBrie y algunos instantes de diálogo con la guitarra de Petrucci. Una mención especial va para los intensos solos de guitarra con los que el buen John Petrucci ocupa el intermedio y cierra la pieza: son apabullantes a la par que elegantes, exhaustivos en los cimientos de sus respectivas construcciones mientras sus fulgores se despliegan con una musculatura magníficamente estruendosa.

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‘Lifting Shadows Off a Dream’ ofrece un efectivo contrapunto lírico al vendaval de densa emotividad que ocupó los 13 ¼ minutos de la secuencia de las dos canciones precedentes. Esta semibalada de corte prog-sinfónico refleja un etéreo vuelo romántico del espíritu bajo la guía de la poesía de Myung (“Lifting shadows off a dream once broken, / She can turn a drop of wáter into an ocean / And she listens openly.”), siendo así que su persistente melancolía resuena de una forma serena y reconfortante. LaBrie explora en varios pasajes los matices más cristalinos y vulnerables de su canto, sumergiéndose cabalmente en el talante evocador del motif central. El intermedio instrumental es moderadamente fastuoso, fiel en cierta medida a los legados de YES y GENESIS. Por otro lado, ‘Scarred’ se reorienta hacia el vigor señorial de la suite y la garra ácida de las dos primeras canciones del álbum, pero asentando un enfoque progresivo masivamente ambicioso a la ilación de variantes de motivos, atmósferas y compases que van entrando a tallar sucesivamente. La letra de Petrucci sobre el síndrome maníaco-depresivo halla su debido eco en el canto de LaBrie. El intermedio instrumental previo al último estribillo incluye dos excelentes solos de sintetizador y de guitarra (el segundo es otro punto alto en toda la carrera de Petrucci). La sección final es simplemente fabulosa: el swing complejo creado por la dupla Myung-Portnoy se ornamenta muy bien con las esplendorosas orquestaciones de teclado a cargo de Moore. ‘Space-Dye Vest’ es la hermosa y espeluznante canción de desconcierto amoroso que cierra el álbum y, de paso, firma el testamento final de Moore como miembro de DREAM THEATER. Teniendo la opción de completar el repertorio con una gloria aristocrática como la brindada por ‘Scarred’, el grupo decide que se haga con un testimonio intimista; de hecho, esta canción se basa en una experiencia real del buen Kevin, quien ya tenía completa la canción en maquetas personales desde antes del inicio de las sesiones de grabación para este tercer álbum. Estas líneas son realmente demoledoras: “Love is an act of blood and I’m bleeding / A pool in the shape of a heart. / Beauty projection in the reflection, / Always the worst way to start,” / “Now that you’re gone, I’m trying to take it / Learning to swallow the rage. / Found a new girl, I think we can make it / As long as she stays on the page.” La precisión quirúrgica con la que la poesía conmovedoramente árida de Moore designa e interpreta los rincones tensos y confundidos del corazón roto es algo con poco parangón en la historia del rock en general. De este modo, el canto adusto de Moore y la seriedad de LaBrie en el empleo de su registro más grave, conjugados en la consola por John Purdell y Duane Baron, crean conjuntamente la voz perfecta para la esencia ostensiblemente crepuscular de esta canción. Los guitarreos de Petrucci se centran en atmósferas gruesas en base a armonías que siguen la pista del piano, mientras que la dupla rítmica sigue la pauta del swing computarizado. Las orquestaciones crean una aureola de solipsista soledad que llega a un envolvente crescendo antes de que el piano marque en solitario el final de la canción. Hay samplers de la película A room with a view de James Ivory, así como de la narración periodística de la persecución policial a O.J. Simpson superpuestos a algunos pasajes de piano. Algo más quedaba a Moore por dar de sí DREAM THEATER: el tema instrumental ‘Eve’, compuesto casi íntegramente por él durante el último tramo de la gira del “Images And Words”, fue publicado como lado B del single ‘The Silent Man’.

El hecho es que la ruptura romántica que sufrió Moore en su vida sentimental y que catapultó la inspiración para la bella canción que cerraba “Awake” tenía un incómodo equivalente en el enajenamiento que le apartaba de los otros cuatro miembros de la banda. Incluso Portnoy señaló en algunas entrevistas posteriores que él no consideraba a esta canción como representativa de DREAM THEATER, y que él solo estuvo de acuerdo con participar en su grabación y verla incluida en el disco como un una última tentativa para hacer que Moore reconsiderara su postura y se quedara en la banda. Ya sabemos cómo resultó: Kevin Moore hizo lo que dijo que haría, dejar al grupo apenas terminaran las sesiones de grabación. Myung, el amigo más cercano que tenía Moore en la banda, señaló que él no se sintió realmente sorprendido por la estos acontecimientos concernientes a la decisión de Kevin (“Kevin’s decision to leave didn’t exactly come out of the blue.”) En los últimos tramos de las giras promocionales de “Images And Words” se le veía pasar menos tiempo practicando con los otros cuatro, e incluso más de una vez le dijo a Portnoy que le dejara de filmar con su cámara y que le dejara en paz leyendo la revista o el libro que le llamaba la atención en un momento dado (Portnoy siempre fue un ávido registrador visual de los eventos de la banda, como también lo era, por ejemplo, Stewart Copeland en sus tiempos de THE POLICE)*. A fin de cuentas, Moore se reinventó como músico de rock electrónico con matices prog-metaleros tanto en los proyectos CHROMA KEY y O.S.I., así como colaborador de FATES WARNING en un par de discos. En cuanto al provisional cuarteto remanente de DREAM THEATER, ahora la cosa era hacer la gira promocional del nuevo disco y el grupo no podía darse el lujo de hacerlo sin un teclista: para los vídeo-clips de dos canciones, tal como se mencionó en el primer párrafo de la presente retrospectiva, fue un mal necesario, pero otra cosa era llevar este nuevo material a los escenarios. Tal como se dieron las cosas, Derek Sherinian, quien comenzó sus días de asociación con los Sres. LaBrie, Myung, Petrucci y Portnoy como músico de apoyo, obtuvo finalmente la membrecía como quinto integrante que completaba oficialmente al colectivo de DREAM THEATER. El EP centrado en la suite “A Change Of Seasons” y que fue publicado bajo ese mismo título el 19 de setiembre de 1995 fue el primer ítem fonográfico del grupo con Sherinian como integrante real de la banda. Aunque la estructura desde la cual se hilan las diversas secciones de la suite permaneció prácticamente igual, la letra tuvo algunas modificaciones (siempre bajo la autoría de Portnoy), LaBrie añadió variantes armónicas para los coros y algunas partes de la reformada letra, y cómo no, Sherinian aportó algunos solos y ciertas nuevas secciones que obligaban a omitir otras que operaban mientras Moore seguía en el grupo. Pero bueno, volviendo nuestra atención a la gira del “Awake”, veamos los avatares de su organización. Tras escoger a Jordan Rudess como nuevo hombre de los teclados para un concierto del 9 de setiembre de 1994 en Burbank, éste rechazó la oferta de ser parte del grupo al preferir a los entonces reformados DIXIE DREGS, e incluso formó el efímero RUDESS/MORGENSTEIN PROJECT con el baterista de dicho grupo. Así las cosas, la búsqueda del reemplazante de Moore se tuvo que retomar, y por fortuna, la segunda parte de esta búsqueda no duró mucho: Derek Sherinian (quien tocó para ALICE COOPER y KISS, y estudió en el Berklee College of Music al igual que los fundadores de la banda) entró a escena y fue integrado a los escenarios a modo de prueba para la parte estadounidense de la gira Waking Up The World, entre el 20 de octubre y el 9 de diciembre del mismo año 1994. Recién en febrero del siguiente año 1995, a Sherinian le fue propuesto convertirse en el (entonces) definitivo quinto miembro faltante, lo cual aceptó de inmediato y con mucho entusiasmo.

Todavía quedaban varias actuaciones por realizar en el año 1995 en Europa y en Japón, pero antes de ello, James LaBrie sufrió un severo episodio de intoxicación alimentaria mientras disfrutaba de sus vacaciones navideñas en Cuba con su familia. El terrible resultado colateral de este malestar fue que sus cuerdas vocales quedaron muy afectadas, siendo así que en sus consultas al otorrinolaringólogo se le aconsejó que pasara un tiempo de por lo menos seis meses sin cantar. LaBrie y el grupo sabían que este periodo de descanso médico ordenado no podía ser obedecido apropiadamente, pues el grupo no podía darse el lujo de dejar de lado este momento de actividad musical. En el bootleg oficial “Tokyo, Japan, 10/28/95” se nota que hay algunos pasajes del concierto en los que LaBrie pugna por reflejar la intensidad expresiva de las nuevas canciones, pero dadas las circunstancias, su actuación resultó solvente. Ya para entonces existía en el mercado el EP “A Change Of Seasons”, por lo que también formó parte del repertorio de ese concierto. Dicho EP no solo incluía la suite homónima sino también una selección de versiones de canciones de ELTON JOHN, DEEP PURPLE, un medley de LED ZEPPELIN y otro medley con extractos de piezas de PINK FLOYD, KANSAS, QUEEN, JOURNEY, DIXIE DREGS y GENESIS. Estos últimos ítems procedían de un show especial que el grupo dio en Inglaterra, más exactamente, en el Ronnie Scott’s Jazz Club de Londres, en el último día de enero del año 1995. El show entero incluía también versiones de METALLICA, MARILLION, U2, además de un medley de YES: también tuvieron invitados de lujo como el cantante de NAPALM DEATH Barney Greenway, Steve Hogarth, Steve Rothery y el propio Steve Howe, nada más ni nada menos. En fin, todavía quedaba un plan en el horizonte próximo de DREAM THEATER, un disco de estudio entero con Sherinian a bordo. No iremos más allá de esta, mención pues con lo que hemos narrado hasta ahora nos parece que ya podemos hacernos una idea razonablemente completa sobre las cualidades artísticas de “Awake” y los desafíos a corto plazo que supuso al encarnar el preámbulo al despertar del primer ensueño de DREAM THEATER, un despertar ocasionado por el remezón que dejó el portazo de Kevin Moore al salir de este hogar musical sin mirar atrás. Hasta el día de hoy, Moore se rehúsa a hablar sobre DREAM THEATER en entrevistas, e incluso se rumorea que dejó el negocio musical para dedicarse a la medicina holística.** Pero aún con este gesto de desdén hacia el grupo donde inició su carrera profesional como músico (o si así lo prefieren llamar otros, desidia, apatía, sopor), el hecho es que “Awake” estableció otro punto altísimo dentro de la aún vigente discografía de la banda. Este disco supone, hasta cierto punto, una continuación de la estilizada robustez que la banda había madurado en su glorioso álbum predecesor “Images And Words”, pero su enfoque prioritario consistió en explorar senderos sonoros de rudeza y aridez en medio del afilamiento de la mencionada estilización. Terminamos la presente retrospectiva con un agradecimiento a Kevin Moore por sus aportes a este grupo.

Muestras de 'Awake':

A Mind Beside Itself:

Lifting Shadows Off A Dream:

Scarred:

Space-Dye Vest:

Lie [vídeo-clip]:

https://www.youtube.com/watch?v=VD7OdyY1js4

6:00 [en vivo en Osaka, 1994]:

Caught In A Web [en vivo en Osaka, 1994, con solo de batería]:

* Una escena así de incómoda aparece en los primeros minutos del documental “5 Years In A LIVEtime”.

** Eso dice el propio John Petrucci en una entrevista concedida a Ultimate-Guitar.com


cesar inca mendoza

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