Cuentos de fantasmas, aparecidos y de cómo uno de los genios contemporáneos del rock progresivo firma nuevamente una gran obra
Steven Wilson - 'The Raven That Refused to Sing (And Other Stories)' (25 febrero 2013)
Sello: Kscope; País: Reino Unido; Calificación:
1. Luminol (12:10) |
Músicos:
- Steven Wilson: Voz, mellotron, teclados, guitarras, bajo en tema #3
- Guthrie Govan: Guitarras
- Nick Beggs: Bajo, Chapman Stick en tema #3, coros
- Adam Holzman: Teclados, órgano Hammond, piano, sintetizador
- Marco Minnemann: Batería y percusión
- Theo Travis: Flauta, saxo, clarinete
* Músicos invitados:
- Jakko Jakszyk: Voz adicional en tema #1 y #5
- Alan Parsons: Solo de guitarra en tema #3
- Dave Stewart: Arreglos de cuerda, interpretados por la London Session Orchestra
· Rock progresivo, metal progresivo.
· Grabado en los East West Studios de Los Angeles, EEUU, entre el 15 y el 21 de septiembre de 2012.
· Producido y mezclado por Steven Wilson
· Productor asociado e ingeniero de sonido: Alan Parsons
- Asistente de sonido: Brendan Dekora.
Existen músicos y bandas que hacen inspiradísimos trabajos en sus inicios y con el tiempo van decayendo y mostrando falta de creatividad o repitiéndose a si mismos constantemente. Otros, en cambio, a medida que van pasando los años van alcanzando una madurez musical y de ideas que les permite ir creciéndose y mejorando en cada nueva obra que facturan.
Tal es el caso de Steven Wilson, líder de Porcupine Tree, aclamado productor y también parte principal de proyectos como Storm Corrosion, No-Man y Blackfield. Esta vez hablamos de su tercer álbum en solitario 'The Raven That Refuses to Sing (and other stories)'.
Hace apenas año y medio que se publicara el aclamado 'Grace For Drowning' donde ya se dejaban ver unas influencias de jazz acompañadas de una gran fuerza melódica y a la vez canciones bastante potentes. Todos esos factores los encontramos nuevamente en 'The Raven...', pero a ello le sumamos algo que ha hecho Steven por primera vez en toda su carrera (no sólo en solitario), que es lo de meter a todos los músicos en el estudio y grabar los temas “en directo', que quiere decir todos tocando a la vez y no lo habitual que es ir grabando cada instrumento por separado, utilizando habitualmente un metrónomo y luego juntar todas las pistas.
La idea, según el propio Wilson, era recrear el espíritu de espontaneidad de muchas de las grabaciones de los años 70, como el 'Lizard' de King Crimson, el 'Bitches Brew' de Miles David y el 'Birds of Fire' de la Mahavishnu Orchestra, por ejemplo.
Y se nota, ya que en 'The Raven...' puede sentirse ese ambiente de directo y el aire de improvisación. Para llevar a buen puerto semejante empresa Wilson tenía que contar con un experimentado ingeniero, y para ello ha fichado a Alan Parsons, afamado productor, en cuyo catálogo figuran importantes obras como el 'Dark Side of the Moon' de Pink Floyd.
Grabado en los estudios EastWest de Hollywood, Wilson ha contado con la banda que le ha acompañado en su última gira: Guthrie Govan (guitarra), Adam Holzman (teclados, piano), Theo Travis (saxo, flauta), Nick Beggs (bajo) y Marco Minnemann (batería). Grabaron siete canciones en 7 días, pero una de ellas 'The Birthday Party' no acabado en el disco, pero si que será incluida como bonus track (al momento de redactarse esta nota no aparecía en ninguna de las ediciones disponibles)
La temática general del disco son cuentos de muertos, fantasmas y aparecidos, reiterando la afición del músico a las historias sobrenaturales y oscuras, e influenciado como él mismo reconoce por las series de TV de los 70 y por autores como Edgar Allan Poe, M.R. James, Algernon Blackwood, y Arthur Machen.
Y pasando a comentar los temas, 'Luminol' abre el disco de una manera directa y potente con un riff de bajo y batería, donde se van incorporando poco a poco el resto de los instrumentos. Todo lo contrario a las intro “in crescendo' que suele registrar el músico inglés en la mayoría de sus obras. A destacar en general los teclados y piano 'jazzy' con aire retro y la flauta. Cuenta la historia de un músico (malo) de la calle que al morir, su espíritu continúa allí en el mismo sitio tocando dónde lo hacía cada día. La música es como la banda sonora de una película, los primeros minutos son muy enérgicos y vivos, pasando a una parte intermedia lenta que representa la decadencia y horas bajas del músico, para luego de golpe anunciarnos el desenlace fatal, que el personaje decide (quizá inconscientemente) ignorar, y así continuar tocando repetidamente las mismas canciones desafinadas y mal aprendidas...
'Drive Home' es un tema de una belleza sólo comparable con la tristeza que emana. Es la historia de un hombre cuya mujer fallece en un accidente de tráfico. Los años pasan y los sueños se entrecruzan con imágenes de aquella persona que amó y cuyo sentimiento de culpa no le deja vivir tranquilo, negándose a reconocer la realidad de su soledad. Los instrumentos de viento, el piano y unas preciosas guitarras acústicas nos van llevando de la mano por el triste camino a casa del personaje, y cuyo emotivo solo de guitarra final solo hace acentuar el dolor y el sufrimiento…
'The Holly Drinker' es quizá uno de los mejores cortes del álbum, destacando de manera soberbia el potente ritmo del dúo Minnemann/Beggs, los teclados y el esquizofrénico y rasgado saxo que recrea de manera perfecta los muy tensos momentos vividos por el hombre que decidió retar al mismísimo demonio a una competición a ver quién era capaz de beber mas. ¿Quién ganó? Con la música de los últimos minutos os daréis cuenta perfectamente!.
Es posible que un tema sea bello, conmovedor y a la vez inquietante y que te de escalofríos? Pues eso es 'The Pin Drop', el relato sobre el aparecimiento del espíritu de una mujer que fue asesinada por su propio marido. Grandes riffs de guitarra y teclados y unos coros de miedo que te hacen evocar la imagen de la mujer cantando y flotando sobre el agua...
'The Watchmaker' es un cuento sobre un relojero que después de 50 años con su pareja, a la cuál nunca en realidad ha querido y que se suponía que iba a ser algo temporal, decide matarla y enterrarla debajo del entablado de su taller. Lo terrorífico es que ella decide volver y jurarle que nunca podré librarse de su compañía. Este es otro de los grandes momentos de esta obra, con un inicio con guitarras acústicas donde delicadamente se van incorporando la voz, el piano, la flauta y unos coros de voces sublimes que luego dejan paso al resto de instrumentos. En la parte intermedia el piano acompaña el canto de arrepentimiento y de confesión de verdades. La “tensión' va aumentando hasta el revelador final que arremete con la fuerza de las mas atormentadas y desgarradoras pesadillas.
Cierra el disco el tema que da nombre al mismo 'The Raven that Refuses to Sing', un precioso medio tiempo donde Wilson se muestra a nivel vocal como nunca antes. Un viejo, amargado y solitario hombre nunca ha podido superar la muerte de su hermana mayor cuando apenas era una niña. Un buen día un cuervo sobrevuela su casa y para él representa el espíritu de su hermana fallecida. Solamente falta una prueba; que el cuervo cante. La música te transporta a la triste existencia del personaje y la muy sinfónica y orquestal parte final cierra con broche de oro este grandioso trabajo. Unas solitarias notas de piano nos despiden de este mundo... ¿de sueños?
Calificación: 10/10
- Single oficial, 'The Raven That Refused to Sing':
El tema 'Luminol':
como si hubiera sido grabado en los 70"
- Página web oficial de Steven Wilson: