Harvest - 'Northern Wind' (2014)

Una nueva cosecha llena de madurez y con mucha más magia por descubrir

Harvest - 'Northern Wind' (28 noviembre 2014)
Sello: -; País: España; Calificación:

1. Into the void
2. It all becomes clearer
3. This day
4. Northern wind
5. Sending signals
6. Something’s changing
7. Under the April sky
8. Shadows behind the lilacs
9. Rush
10. Tonight
11. Colours

Duración total: 1:02'22''

Músicos:
- Monique van der Kolk: Voz
- Jordi Prats: Guitarras
- Jordi Amela: Teclados
- Toni Munné: Bajo
- Alex Ojea: Batería

· Género: Rock progresivo, rock melódico, pop-rock, ambient.
· Grabado en 2014 en los Red Phone Studios de Barcelona; mezclado, entre septiembre y octubre en los Aurha Studios.
· Producido por Sergi Riera & Harvest; ingeniero de sonido: Mauricio Tonelli.

Muchas cosas han pasado entre 2009 y 2014, un lustro de tiempo en el que hemos podido gozar del nacimiento, juventud y madurez de una banda que va camino de la leyenda. Harvest tienen el honor de representar el progresivo y el rock melódico español por todo lo alto. Ya dieron bien cuenta de ello en el festival británico Celeb8.2 en 2013, siendo la gran sorpresa para los que no les conocían fuera de nuestras fronteras.

Pero Harvest ya son mucho más que una banda local de Barcelona y, por supuesto, mucho más que una banda nacional. Telonean a IQ, Marillion, Steve Rothery... o encabezan el cartel de festivales progresivos como la 'Solaris Art rock Experience' en su segunda y hasta la fecha última edición. Y eso lo muestran y lo evidencian con 'Northern Wind', su tercer disco y el más maduro.

Curiosamente, no es el mejor de su por ahora corta discografía. Sin duda que 'Underground Community' (2009) fue una carta de presentación tan impactante que ya les colocó de golpe la etiqueta de banda de culto. Como bien definía su título, se trataba de una comunidad 'underground' que esperaba su surgimiento y su salida a la calle, y el reconocimiento llegó de golpe. Recuerdo que hicieron una promo excelente, de libro, regalando su disco en el interior de la revista 'This is Rock', toda una publicación de lujo para el amante de la buena música. Y con eso se ganaron muchas orejas y muchas bocas que estaban dispuestas a difundir lo buenos que eran.

Después llegó en 2012 'Chasing Time', que lógicamente mostraba a unos Harvest más maduros, con una producción mucho más rotunda y profesional, y con invitados de lujo como Alan Reed o Steve Rothery, dejando bien claro su calidad y su reconocimiento más allá de nuestras fronteras. Rozaron la perfección, y era de esperar que a la tercera llegara. Ahí es donde entra este algo irregular 'Northern Wind', que ante todo, no merece comparaciones y expectativas tan altas. Es más que evidente que Harvest seguirán evolucionando y nos queda mucho más por disfrutar de gran altura.

En este álbum debuta en estudio Toni Munné, nuevo bajista tras la salida Roger Vilageliu por motivos personales. También disfrutamos de una producción aún más compleja, con un sonido excelente, a la altura de las mejores bandas internacionales. Consta de 11 temas, 10 estándares y una bella intro con la que arranca el disco más electrónico de todos, donde queda bien claro que Jordi Amela aporta el toque de distinción bien claro. Por supuesto junto a la esa guitarra 'marillionera' de Jordi Prats, y una voz sin parangón como es la de Monique van der Kolk, peculiar, bella, dulce y que de primeras es lo que marca el sonido de la banda.

En este tercer disco están todos aún mejor, el sonido es más compacto, perfeccionado, pero sin embargo no tiene temas tan contundentes ni brillantes como en sus dos predecesores. Quizás falte algún desgarrador y emocionante tema como los primeros 'She Tries', 'Change Life', los posteriores 'Time Lapse', 'Stars', 'The Spell'... y en cierta manera este tercer trabajo plasma la unión de esos dos espíritus de los sendos álbumes anteriores: la dulzura y el preciosismo del sonido mezclado con el rock más incipiente de su segundo disco.

'Into the Void' es la ella intro pianística que nos mete de lleno en ese ambientalismo que Harvest clavan siempre, dando paso a una dulce voz de Monique, quien como un buen anfitrión, nos introduce en su hogar con buenas sensaciones. Ya pronto nos topamos con 'It All Becomes Clearer', una canción que pudimos escuchar como segundo adelanto sonoro durante la promoción previa del disco. Llamaba la atención por esas bases rítmicas electrónicas, sintetizadas, que nos recuerdan a las últimas tendencias dentro del rock más 'art' y sinfónico, como hacen otros grupos de talla internacional como Marillion o Anathema, por no hablar de Muse o Pineapple Thief, por decir unos ejemplos rápidos que todos tendremos en la cabeza. Sus posteriores guitarras más agresivas nos recuerdan a otros de sus temas anteriores, y dentro de sus casi 10 minutos de duración nos van ofreciendo varias caras más. Llama la atención el tramo central, con unos efectos ambient propios de Pink Floyd, Vangelis o Tangerine Dream. Hay que reconocer que pese a sus grandes ambiciones, no llega a lo que promete ser en un principio.

'This Day' también arranca con unos sonidos sintetizados al más puro estilo Floyd de los últimos trabajos, para luego dar paso a unas esencias más propias de Marillion, aunque ojo, que Harvest hoy por hoy ya tienen un sonido propio que pese a tener que citar algunas influencias más que positivas, son por otra parte puramente testimoniales. Es un tema que va de menos a más, como pronto descubrirá el oyente que le sucede al disco en su conjunto. Y es que en 'This Day' la segunda parte es exquisita gracias a unas guitarras excelentes de Prats y una batería de Álex Ojea más que sobresaliente.

El tema que da nombre al disco, 'Northern Wind', el cuarto, sí que nos recuerda a muchas influencias de rock progresivo vinculado al folk británico, sonando a demasiadas cosas juntas. Seguramente haya sido un claro homenaje a otras tierras y otros sonidos, con ínfulas incluso celtas. Y es que por momentos parece estar escuchando a Mostly Autumn.

'Sending Signals' rompe con ese ambiente más festivo y folk para dar paso a un tema más melancólico y lento, que en su tramo final nos mete en la máquina del sintetizador de Amela, jugando con efectos sonoros bastante originales y atractivos. Como otro ejemplo más, va de menos a más, y acaba en una fase épica de guitarra muy propia del neoprog, sonando desde a Marillion a Pendragon con mucha magia y sensualidad.

'Something's Changing' es un tema que como 'Northern Wind', se mueve en terrenos más pop, con ritmos más alegres y vivos, y unos arreglos tanto musicales como de voz propios de otros estilos musicales más 'soft'. Antagónica es la oscura 'Under the April Sky', agresiva y penetrante, con más rabia en las frases de Monique y una batería muy contundente de Ojea. Y brilla en esta ocasión el bajo de Munné, hilo conductor de esas bases rítmicas tan duras.

'Shadows Behind the Lilacs' recuerda irremediablemente a 'Stars', casi a modo de auto-homenaje, pero sin duda mejorando esa intro tan misteriosa y onírica, acentuando tanto lo instrumental que eso es el tema, un corte de algo más de 3 minutos donde por primera vez no escuchamos la voz de Monique. Excelente y distinto a todo lo que habían hecho.

Y que nadie se emocione con 'Rush', que ni es por el nombre del grupo ni es un tributo a la banda canadiense. En realidad es un bellísimo corte con una guitarra de fondo muy distorsionada y una batería conductora que adorna genialmente la voz extraproducida de Monique, con coros y refuerzos de estudio muy convincentes, como todo lo que hacen estos ases con las máquinas.

Nos encontramos ya casi cerrando el disco 'Tonight', que fue su primera carta de presentación. Y como se pudo apreciar ya en la versión de estudio, sin las mezclas finales, se trata de una canción buenísima, de altísimo nivel, bella y melancólica, profunda y desgarradora al mismo tiempo. Una joya más para su discografía que confirma que el álbum va sin duda de menos a más, hasta toparse con estos grandísimas canciones finales. Un 10 para este tema mágico.

Y cómo no, broche perfecto con el cierre de 'Colours', 8 minutos y medio de despedida con regalos sonoros de todos los estilos. Inicio con bases sintetizadas a modo de latidos de corazón, con una misteriosa voz de Monique que se va despertando desde el silencio. Posteriormente, el tema va evolucionando por sendas más rockeras, donde de nuevo brillan guitarras y batería, sorprendiendo sobremanera otra vez un pequeño descanso 'ambient' donde Amela muestra su maestría propia de un Vangelis. Y así se nos va despidiendo, con unos coros apagados de Monique hasta llegar al mar, ese mar que nos dibuja el genial ilustrador español Antonio Seijas, portadista ya habitual de grandes bandas internacionales como Marillion o Gazpacho.

Así es como a la tercera llega la madurez, sin embargo con esa sensación de que no han hecho su mejor disco, sino confirmado su excelsa calidad musical, su buen momento e inspiración y su enorme potencial. Irán a más, y ésa es la mejor conclusión a la que siempre se puede llegar. Al disco sólo le falta algo de regularidad, le sobra algo de metraje o algún tema y le falta la magia de algún tema especialmente más 'acribillador', como siempre tenían en sus dos anteriores trabajos. Pero, insisto, sin duda esto no es un mal balance: encantará a todos los que ya conocían sus discos, ilusionará de igual manera y deja con ganas de más: ¿qué mejor podemos decir? Larga vida a unos ya imprescindibles en mi colección personal y que siempre me acompañan en el mp3 cuando salgo a la calle.